El Gobierno de la
Generalitat ha anunciado oficialmente su intención de convocar un referéndum de
autodeterminación para el día 1 de Octubre de 2017, de cara a la posible
proclamación unilateral de la independencia de Catalunya. Una decisión de gran importancia,
no sólo para el pueblo catalán sino para todos los pueblos del Estado español,
especialmente para aquellos que estamos sufriendo la dominación nacional. ¿Cuál
debería ser la posición de los comunistas vascos ante un hecho de esa
trascendencia?
¿Acaso,
tendríamos que decir al pueblo catalán que defendemos su derecho a la
autodeterminación pero que, como el proceso actual está siendo dirigido por unas
fracciones de la pequeña y la media burguesía catalanas y no por la clase obrera,
deberían esperar al triunfo de la revolución socialista en el conjunto del
Estado español para, entonces, ejercer su legítimo e inalienable Derecho de
Autodeterminación?
Nosotros
consideramos que si les dijésemos eso, por mucho que tratásemos de aparentar
que la nuestra era una postura revolucionaria, en la práctica, estaríamos
apoyando descaradamente a la gran burguesía española y a sus aliados, el
imperialismo yanqui y la Unión Europea. Y todo ello, en nombre del comunismo y
de la clase obrera. Y ello, en unos momentos en que el Estado reaccionario
español se prepara para impedir, por la fuerza si fuera necesario, el
pronunciamiento libre y democrático del
pueblo catalán. Pero no, esa no es nuestra postura.
La solución a la
opresión nacional tiene un carácter democrático y ello significa que, al menos
en teoría, podría resolverse en el propio marco del Estado burgués. Y si ello
es posible, ¿por qué renunciar a su solución? ¿En nombre de qué “principios”
revolucionarios podríamos pedir, en este caso, al pueblo catalán, aunque
también, por las mismas razones, al pueblo vasco, que renuncien (y pospongan, ¿hasta
cuando?) a la solución de su (y también de nuestra) situación de opresión
nacional, porque dicha solución tendría un carácter burgués? ¿No sería esta una
evidente manifestación de un social-chovinismo
vergonzante?
Pero, parémonos
por un momento a reflexionar. El Estado español tiene un carácter burgués y su
sistema político es profundamente antidemocrático y reaccionario. La dominación
de la gran burguesía española, que es apoyada por una gran parte de la
burguesía media catalana y también de la vasca, se mantiene todavía, entre
otras cosas, gracias al férreo centralismo que garantiza la “unidad e
indisolubilidad de la nación española” que convierten a España en una cárcel de
pueblos.
Si el Estado capitalista
español se debilitase, como consecuencia
del triunfo de uno o de varios procesos independentistas, la clase obrera del
conjunto del Estado se vería objetivamente beneficiada, pues la capacidad del
aparato estatal burgués para reprimir y aplastar el empuje de las masas
trabajadoras del resto del Estado, se habría visto seriamente mermada.
Por otra parte, la
posible independencia de Catalunya o del Sur de Euskal Herria, ¿acaso podría
suponer un inconveniente que impidiese o dificultase el desarrollo de un
proceso revolucionario en el resto del Estado español?
O, ¿acaso es que
la única garantía de que en Catalunya y en Hego Euskal Herria se pueda hacer la
revolución socialista es que en ambas naciones continúen formando parte del
Estado español?
Por nuestra parte
no podemos sino desear al pueblo catalán y especialmente a la clase obrera de
Catalunya que vean satisfechas sus justas aspiraciones nacionales. Al mismo
tiempo que hacemos un llamamiento a la clase obrera del conjunto del Estado
español a respetar y apoyar la decisión que adopte libre y democráticamente el pueblo
catalán, sea esta cual sea, así como a oponerse firmemente a cualquier intento
de impedir la libre expresión de la voluntad popular.
Así mismo,
llamamos a intensificar la lucha de clases a todos los niveles contra la gran
burguesía española y sus aliados, por la revolución proletaria, el socialismo y
el comunismo.
¡VISCA CATALUNYA LLIURE!
GORA EUSKAL HERRIA ASKATUTA!
CONTRA LA EXPLOTACIÓN CAPITALISTA,
REVOLUCIÓN SOCIALISTA