lunes, 18 de marzo de 2019

SOBRE EL IMPERIALISMO (y II)


Como decíamos más arriba, desde el punto de vista de la cuantía de sus inversiones de capital en el extranjero, Rusia ocupa un lugar más modesto, en comparación con EEUU y China, e incluso con otras potencias imperialistas que tienen una posición menos importante que ella si atendemos a su demografía, superficie, capacidad militar (convencional y nuclear), etc.

Ello es así porque desde que accediese Putin al poder en la Federación Rusa, la política exterior de este país ha estado regida por lo que se ha denominado “doctrina Primakov” [7]. Basándose en el “multilateralismo”, ha tratado de contrarrestar la actuación unilateral intervencionista de EEUU pero, fundamentalmente, su objetivo ha consistido en mantener su influencia en la zona centro-este de Europa. Es decir en el cinturón de países que llegaron a formar parte de la URSS antes de su disgregación (en 1990-91) o del COMECON y del Pacto de Varsovia, muchos de los cuales hoy forman parte de la UE o incluso de la OTAN. Se puede decir que, en general, su política exterior ha tenido un carácter más bien defensivo.

lunes, 11 de marzo de 2019

8 DE MARZO (II). REFLEXIONES SOBRE IDENTIDADES Y EL SUJETO FEMINISTA


Tomado de itaia.eus hartuta

La cuestión de la sororidad universal que se ha fortalecido últimamente en el feminismo nos ha creado varias dudas, tal y como lo mencionamos en el texto anterior, a razón de la idea del sujeto que aparece junto a la sororidad universal, y las aliadas y enemigas que se derivan de ésta. Para poder llevar este debate adelante de forma correcta es necesario hacer una lectura histórica del sujeto colectivo durante los últimos años, y tener en cuenta los factores que han influenciado su descenso.

Durante los años 60 y 70 fueron llamativos el descenso de la lucha de clases y el ascenso del neoliberalismo. Este fenómeno no se dio en todos los lugares y momentos a la vez, pero podemos situarlo en estas décadas, aunque, por ejemplo, la historiografía francesa renunció a la teoría marxista desde los años 50.

En aquellos tiempos, las militantes radicales de la década de los 60 perdieron la fe en la oportunidad de llevar a cabo la revolución, y a estas militantes se les sumaron jóvenes afectados por el pesimismo de la época. Varios acontecimientos que se entrecruzaron marcaron aquellos años. Por un lado, la derrota de los movimientos dirigidos por trabajadoras que buscaban construir sociedades cuyo objetivo era la igualdad, sobre todo China y la URSS. Por otro lado, la ofensiva neoliberal dirigida a las condiciones de vida de las trabajadoras (Foley, 2018). Junto con la idea anterior es necesario mencionar las campañas contra el marxismo que llevaron a cabo las intelectuales de izquierdas en las universidades durante los años 80 y 90: renunciaron a la revolución y divulgaron a favor de los pequeños sucesos, dejando de lado la lucha de clases, ahondando en la clasificación de las opresiones y dando una importancia central a la subjetividad. Mediante todo esto lograron dividir la lucha de clases en luchas individuales que no tenían características comunes. Así, aparecieron nuevos movimientos sociales, que, en vez de proponer la resistencia al capitalismo, subrayaban la necesidad de coaliciones plurales en los movimientos reformistas.

miércoles, 6 de marzo de 2019

SÓLO CON LA MUJER PROLETARIA TRIUNFARÁ EL SOCIALISMO


Un artículo de Clara Zetkin (1857-1933)


Los estudios de Bachofen[1], Morgan[2] y otros parecen demostrar que la opresión social de la mujer coincide con la aparición de la propiedad privada. La contradicción, en el seno de la familia, entre el hombre en cuanto a poseedor y la mujer en cuanto a no-poseedora constituye la base de la dependencia económica y de la situación social de defraudación de los derechos del sexo femenino. Según Engels, en esta última situación radica una de las primeras y más antiguas formas de dominio clasista. Engels afirma que: «En la familia el marido es el burgués y la mujer representa el proletariado.»[3] Todavía no se podía hablar en aquel momento de cuestión femenina en el moderno sentido de la palabra. Solamente el modo de producción capitalista ha provocado los trastornos sociales que han dado vida a la cuestión femenina moderna; ha hecho pedazos la antigua economía familiar que en el período precapitalista garantizaba a las grandes masas del mundo femenino un medio de sustento y un sentido a su vida. Parecería insensato aplicar a la actividad desarrollada por las mujeres en la antigua economía doméstica aquellos conceptos negativos de miseria y de angustia que caracterizan la actividad de las mujeres de nuestros días. Mientras subsistió la antigua forma familiar, la mujer encontró en la misma su sentido en la actividad productiva que desarrollaba, y por ello no era consciente de que estaba privada de todos los derechos sociales, a pesar de que el desarrollo de su individualidad estaba fuertemente limitado.