Los sindicatos son organizaciones
de trabajadores y trabajadoras, creadas para defender sus intereses inmediatos:
salarios, condiciones de trabajo, jornada laboral, seguridad e higiene en el
trabajo, vacaciones, etc. En definitiva, de defensa de unas mejores condiciones
de venta de su fuerza de trabajo.
También son instrumentos
de defensa de los trabajadores y trabajadoras frente a las arbitrariedades
de los patronos, en caso de despidos, expedientes de regulación de empleo
(EREs), implantación de la movilidad (geográfica o funcional), traslados
forzosos a otro centro de trabajo, etc.
Constituyen un importante instrumento de organización y lucha de la clase obrera y del
conjunto de los trabajadores-as contra las diversas manifestaciones de la
explotación capitalista. Sin embargo, por sí sola, la actividad de los
sindicatos no supera el marco de las luchas reivindicativas, económicas y/o
sociales que, aunque son formas de lucha de clases, resultan incipientes, elementales,
pues aún no llegan a plantear la necesidad de acabar con la propia explotación
capitalista.