viernes, 14 de abril de 2017

SOBRE EL DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN, LA SOBERANÍA, EL ESTADO VASCO Y LA INDEPENDENCIA DE EUSKAL HERRIA



1.- El derecho de Autodeterminación es un derecho democrático y revolucionario que posee un carácter inalienable y que asiste a todos los pueblos y naciones, independientemente de que les haya sido o no formalmente reconocido. Sobre el carácter revolucionario del Derecho de Autodeterminación, Lenin decía que:

Un cambio reformista es aquel que no socava las bases del poder de la clase dominante y que representa únicamente una concesión de ésta, pero conservando su dominio. Un cambio revolucionario es el que destruye las bases del poder. Lo reformista en el programa nacional no abole todos los privilegios de la nación dominante, no crea la completa igualdad de derechos, no elimina toda opresión nacional. Una nación “autónoma” no tiene los mismos derechos que la nación “dominante”;…

La Noruega autónoma, como parte de Suecia, gozaba hasta 1905 de la más amplia autonomía, pero no tenía derechos iguales a Suecia. Sólo su libre separación reveló de hecho y demostró su igualdad de derechos (agreguemos, entre paréntesis, que fue precisamente esta libre separación la que creó las bases para una aproximación más estrecha y más democrática, asentada en la igualdad de derechos). Mientras Noruega era únicamente autónoma, la aristocracia sueca tenía un privilegio más, que con la separación no fue “debilitado” (la esencia del reformismo consiste en atenuar el mal, pero no en eliminarlo) sino eliminado por completo (lo que constituye el exponente principal del carácter revolucionario de un programa).

A propósito: la autonomía, como reforma, es distinta por principio de la libertad de separación, como medida revolucionaria. Esto es indudable. Pero, en la práctica, la reforma -como sabe todo el mundo- no es en muchos casos más que un paso hacia la revolución. Precisamente la autonomía permite a una nación mantenida por la violencia dentro de los límites de un Estado constituirse de modo definitivo como nación, reunir, conocer y organizar sus fuerzas, elegir el momento más adecuado para… [proclamar su independencia]” [1].

2.- El Derecho de Autodeterminación no tiene un carácter fungible, es decir, no se agota en un único ejercicio, sino que se trata de un derecho permanente de todos los pueblos y naciones, del que pueden hacer uso o que pueden exigir, a lo largo de todo su existencia como tales.

Esto supone que una vez ejercido, e independientemente de cuál haya sido el sentido en que se haya realizado y del resultado del mismo, se podrá volver a realizar ya sea en el mismo o en otro sentido diferente, siempre que haya transcurrido un tiempo prudencial para ello.

3.- El Derecho de Autodeterminación conlleva, implícitamente, el derecho a la independencia para el pueblo o la nación que lo ejerza. Los comunistas vascos siempre hemos defendido y defenderemos el Derecho de Autodeterminación para Euskal Herria. Pero el Estado español, al igual que el francés, se niega a reconocer ese derecho a nuestro pueblo.

Ante la imposición, por la fuerza, de la dominación nacional, ¿cuál debe ser nuestra postura? ¿Limitarnos a esperar a que en Madrid llegue a haber un gobierno democrático que nos reconozca nuestro legítimo Derecho de Autodeterminación? Cosa, por cierto, muy improbable, teniendo en cuenta la correlación de fuerzas a nivel del Estado. O, por el contrario, si en Euskal Herria se diesen condiciones favorables para ello, aunque no se llegase a contar con el consentimiento del Estado español, impulsar con nuestras propias fuerzas un proceso de autodeterminación que pueda llegar a desembocar en una declaración unilateral de independencia.

4.- El problema de las diferentes posturas o actitudes de los comunistas sobre la cuestión nacional ya fue tratado por Lenin en diversas ocasiones. En el caso concreto de Ucrania, dijo que:

“Mientras Ucrania no esté completamente liberada de Denikin y hasta que se reúna el Congreso de los Soviets de toda Ucrania, su gobierno es el Comité Revolucionario de toda Ucrania. En este Comité Revolucionario, al lado de comunistas bolcheviques ucranianos, trabajan como miembros del gobierno comunistas-borotbistas ucranianos. Lo que distingue a los borotbistas de los bolcheviques es, entre otras cosas, que aquellos defienden la independencia absoluta de Ucrania. Los bolcheviques no hacen de esto objeto de divergencias, de desunión, no ven en esto ningún obstáculo para un trabajo solidario de los proletarios. Lo principal es que haya unidad en la lucha contra el yugo del capital, por la dictadura del proletariado, pues los comunistas no deben tener divergencias por cuestión de fronteras nacionales o de las relaciones federativas o de cualquier naturaleza entre los Estados” [2].

Por otra parte, tampoco consideraba como un problema que determinadas naciones pudiesen optar por la independencia. En ese sentido, también dijo que:

“Todas las naciones llegarán al socialismo, esto es inevitable, pero no todas lo harán exactamente de la misma manera, cada una contribuirá con algo propio, a tal o cual forma de democracia, a tal o cual variedad de dictadura del proletariado, a tal o cual variación en el ritmo de las transformaciones socialistas en los diferentes aspectos de la vida social. No hay nada más primitivo desde el punto de vista de la teoría, o más ridículo desde el de la práctica, que pintar, “en nombre del materialismo histórico, este aspecto del futuro de un gris monótono” (…) Pues el hecho es que nosotros no sabemos, ni podemos saber, qué numero de naciones oprimidas necesitará en la práctica la separación para contribuir con algo propio, a las diferentes formas de la democracia, a las diferentes formas de transición al socialismo” [3].

5.- En cuanto a los recelos nacionales, hemos de decir que los comunistas vascos estamos obligados a combatirlos y para ello, hemos de trabajar en dos direcciones distintas, aunque mutuamente interdependientes.

Por una parte, defendiendo el Derecho de Autodeterminación de la nación oprimida, Euskal Herria, entre los trabajadores de la nación dominante, y también entre aquellos sectores de la propia clase obrera vasca que aún no comprendan la necesidad de que sea esta quien encabece la lucha por la liberación nacional.

Por otra, entre la clase obrera de la nación oprimida, tanto en los sectores con mayor sensibilidad nacional como entre aquellos otros que la tengan menos desarrollada, o que carezcan de ella, en el sentido de que simultáneamente, desde el punto de vista de los intereses de la revolución proletaria mundial, es necesario trabajar por la unidad, libre y voluntaria, de las distintas naciones que hoy forman parte del Estado español. Una unidad que sólo será posible en base al pleno respeto de nuestra soberanía nacional, lo que requeriría de una relación de tipo confederal [4].

Es por eso por lo que planteamos, como el principal objetivo estratégico de nuestro trabajo político en los sindicatos, la consecución de la unidad de la clase obrera vasca, de tal forma que se puedan superar todas las divisiones actuales, tanto las relativas al propio aspecto sindical como las de carácter nacional.

6.- En cuanto a que clases y/o sectores sociales pueden estar objetivamente interesadas en la posible independencia de Euskal Herria, hay que decir que además de la propia clase obrera vasca, también lo está la clase obrera del conjunto del Estado español pues, en la medida en que Euskal Herria o cualquiera de las otras naciones oprimidas por el Estado español (Catalunya, Galizia, etc.) lograsen liberarse; el Estado burgués español se vería seriamente debilitado y ello, indudablemente, contribuiría a crear unas condiciones más favorables para la lucha revolucionaria por el socialismo en el resto del Estado español.

Sin embargo, quienes verdaderamente temen que una situación así llegue a producirse, son tanto la actual clase dominante, la gran burguesía española y sus aliados (el imperialismo norteamericano y el europeo), así como aquellas sectores de la burguesía media que le sirven de apoyo, entre la que se incluyen sus fracciones nacionalistas (en el caso de Euskal Herria, representada por el PNV), así como  aquellos sectores reformistas de la pequeña burguesía y de la aristocracia obrera.   

7.- El ejercicio del Derecho de Autodeterminación constituye siempre un acto de soberanía. Una soberanía mediante la que nuestro pueblo podrá, en un momento determinado, optar por la separación del Estado español y la constitución de un Estado propio (incluso aunque en ese momento concreto este no tenga todavía un carácter socialista) y que más tarde, cuando se den las condiciones apropiadas para ello, pueda optar (libre y voluntariamente) por establecer una relación confederal con el Estado español y/o francés.

8.- Por último, hay que decir que la plena emancipación nacional de Euskal Herria, sólo será posible con el triunfo de la Revolución vasca, pues el proletariado es la única clase objetivamente interesada en impulsar el proceso de liberación nacional y de transformación social hasta sus últimas consecuencias.

NOTAS

1.- V. I. Lenin. “Balance de la discusión sobre la autodeterminación”. Julio de 1916. Artículo recogido en la recopilación “Sobre el internacionalismo proletario”. Akal Editor. Madrid, 1975. Págs. 148 y 149.

Las palabras entre corchetes son nuestras, para abreviar y facilitar la comprensión de la extensa cita de Lenin. Las palabras en negrita también son nuestras, para resaltar algún trozo del texto de Lenin.

2.- V. I. Lenin: “Carta a los obreros y campesinos de Ucrania a propósito de las victorias sobre Denikin”.  Artículo escrito el 28 de Diciembre de 1919.  O. E. (12 Tomos) Tomo X. Págs. 154 a 156. Editorial Progreso. Moscú, 1973.

3.- V. I. Lenin. “Una caricatura del marxismo y el economismo imperialista” (1916). Obras Completas. Tomo XXIV, págs. 72 y 73. Editorial Akal. Madrid, 1977.

4.- Sobre esta cuestión, consideramos que el federalismo que propugnan algunos sectores, lejos de ser una solución al problema de la opresión nacional, supondría una forma encubierta de volver a unas relaciones basadas en la desigualdad, que no se diferenciaría mucho de la “autonomía” actual.