jueves, 28 de febrero de 2019

SOBRE EL IMPERIALISMO (I)


En la época actual, dos bloques imperialistas se enfrentan entre sí cada vez más abiertamente. Uno de ellos es el bloque hegemónico, dirigido por EEUU y del que también forman parte, entre otros, la UE y Gran Bretaña, en el continente europeo; Japón y Corea del Sur en Asía; Arabia Saudita, los Emiratos del Golfo e Israel, en Oriente Medio; Canadá, en Norteamérica; y que cuenta con el apoyo de otros países como Brasil, Colombia y Chile, en América Latina; así como Egipto y Marruecos, en África, aunque estos no lleguen a tener el pleno rango de potencias imperialistas.

El otro bloque, que se halla todavía en ascenso, le disputa al anterior la hegemonía económica y política. Es el bloque actualmente dirigido por China y Rusia. En él participan, en una u otra medida, Irán y Siria, en Oriente Medio; Cuba y Venezuela, en América Latina; las repúblicas de Asia Central (Kazajistán, Uzbekistán, Kirguistán y Tayikistán) que se encuentran rodeadas por Rusia y China, así como por Irán y Afganistán. Una región en la que además de confluir intereses comunes de Rusia y China, también es objeto de una sorda disputa entre ambas por hacerse con un mayor control sobre ella. A lo que habría que añadir la influencia china tanto en Afganistán como en Paquistán. Por último, Bielorrusia y Armenia, en Europa.  

Si es de todos suficientemente conocido el carácter agresivo del imperialismo yanqui, que le convierte en el principal enemigo de todos los pueblos del mundo, y de su instrumento en Europa, la alianza militar de la OTAN, no lo es tanto el carácter imperialista de las dos potencias que encabezan el bloque ascendente, China y Rusia.

Se da el caso de que, por haber sido ambas, en el pasado, países socialistas; y aparecer ahora enfrentadas al imperialismo norteamericano, en diferentes escenarios, tienden a ser embellecidas con facilidad por amplios sectores populares. Es por ello que, a continuación, vamos a dar algunos datos sobre ambas, con la intención de disipar cualquier duda que pudiera haber sobre su verdadera naturaleza actual.

En primer lugar, debemos concretar lo que se entiende por “imperialismo” y para ello, nos remitimos a la clásica definición que de él hace Lenin:

“El imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en que ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha adquirido señalada importancia la exportación de capitales, ha empezado el reparto del mundo por los truts internacionales y ha terminado el reparto de toda la tierra entre los países capitalistas más importantes” [1]. 

Nos vamos a centrar en lo que se denomina Inversión Extranjera Directa (IED), sobre la que existen más datos de distintas fuentes [2]. Según el Informe Sobre las Inversiones en el Mundo (UNCTAD – 2018); en el año 2016, EEUU ocupaba el 1er. puesto en cuanto a salidas de IED (exportación de capitales), con una cuantía de 281.000 Millones de $ (342.000 M. $ en 2017) y China, ocupaba el segundo lugar, con una cuantía de 196.000 M. $ (125.000 M. $ en 2017) [3][4].

Por su parte, la Federación de Rusia ocupa un puesto más modesto en el ranking internacional de países exportadores de capitales, con la posición 15, en 2016; después de países como Japón (el 4), Canadá (el 5), Francia (el 7), Alemania (el 9), o España (el 11).

Pero, volviendo al caso de China, hay que decir que este país ya en 2012 se convirtió en el tercer mayor inversor en el extranjero, a escala mundial y que, después de Asia, la UE se ha convertido en el segundo destino más importante de sus inversiones de capital en el extranjero. En concreto, sus inversiones en España aumentaron en un 800% en el periodo 2014-2018, con respecto al periodo 2009-2013 [5].

Entre 2000 y 2016, las inversiones de China en África ascendieron a la cantidad de 125.000 M de $. Actualmente ese país mantiene inversiones de capital en 45 de los 54 países africanos. Por ejemplo, hoy día, China ya controla las minas de cobalto de la República Democrática del Congo, de donde procede más de la mitad de la producción de ese mineral que se consume en el mundo [6].    

China se ha vuelto muy activa a nivel internacional, promoviendo algunos proyectos importantes, entre los que destaca la Iniciativa Un Cinturón, Una Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), que se anunció en 2013. La BRI es un gran programa para financiar y construir infraestructura en Asia, África, Europa y más allá de esas fronteras. Hay más de 65 economías a lo largo de su ruta, en su mayoría de países en desarrollo. Algunas personas lo han comparado con el Plan Marshall.

Este gigantesco proyecto, sobre el que volveremos en otra ocasión, ha llevado a China a plantearse la creación de bases militares en el extranjero, destinadas a proteger lo que serán sus rutas comerciales en el futuro. En ese sentido, ya ha montado, o está en pleno montaje, de las cuatro primeras bases. En la Patagonia argentina (negociada durante el Kirchnerismo y, posteriormente, avalada por el gobierno de Mauricio Macri), tiene una situación estratégica, ya que está orientada hacia el Atlántico y la Antártida. Otra, es la del puerto paquistaní de Gwandar. Otra la ubicada en el NO de Afganistán, en la región de Wakhan y, por último, la situada en Yibuti, en el Cuerno de África.     
         

NOTAS

1.- V. I. Lenin. “El imperialismo fase superior del capitalismo”. Pág. 99. Editorial Fundamentos. Madrid, 1974.

2.- La IED (Inversión Extranjera Directa) es un tipo de inversión que realiza en un país una persona física o jurídica (por ejemplo, una empresa, banco, etc.) que no reside en el mismo, y puede adoptar la forma de compra de acciones, de bonos o derivados ; mientras que la IEI (Inversión Extranjera Indirecta), es aquella que consiste en préstamos de organismos internacionales (a gobiernos o empresas públicas) y que los realiza una entidad como un Fondo de Inversiones, Fondo de Pensiones, o ETFs (Fondos Cotizados), que centralizan una serie de capitales privados (generalmente pequeños) y que son los empleados en las inversiones efectuadas en el extranjero.

3.- En estos datos, no se contabilizan las IED provenientes de Hong Kong, que tiene el carácter de Región Administrativa Especial de la República Popular China y que en 2016 ocupaba el octavo lugar, a nivel internacional, en cuanto a salidas de IED con una cuantía de 60.000 M de $ (83.000 M de $ en 2017).

4.- Hay que destacar que en 2017, en numerosos países ya se empezó a producir una contracción en sus salidas de IED, debido que comenzaban a manifestarse diversas señales que alertaban sobre la proximidad de una nueva recesión económica mundial.

5.-Ver ABC Economía (23-08-2018).

6.- Ver: Laura Ojea. “China controla ya las minas de cobalto de África”. El Periódico de la energía (16-08-2018).