Este año se cumplirá el centenario de la Revolución Socialista de
Octubre.
Va a hacer un siglo que, por
primera vez en la Historia, siguiendo el camino iniciado por la efímera Comuna
de París (1871), el proletariado de Rusia se levantó en armas, derrocó al
gobierno de la burguesía e instauró su propio poder.
En los años y décadas posteriores, la Revolución Soviética
sirvió de guía para los trabajadores, los parias y los desheredados del mundo
entero. La revolución estalló en Alemania (noviembre 1918-enero 1919); en
Hungría, donde se proclamó la república soviética (marzo-agosto 1919); se
desarrolló el movimiento de los consejos obreros y la ocupación de fábricas en
Milán y Turín (1920); tuvieron lugar los levantamientos de Cantón y Shanghái (abril
1927) y el de Nanchang (1928); la Revolución de Octubre en Asturias (1934);…
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial (1945) tras la
caída del nazi-fascismo, se instauraron regímenes socialistas o
democrático-populares en varios países de Europa: Polonia, Checoslovaquia,
Hungría, Rumanía, Bulgaria, Yugoslavia, Albania y en la zona de ocupación
soviética en Alemania, la posterior RDA.
También se establecieron regímenes populares en Mongolia,
Corea del Norte, China (tras el triunfo de un prolongado proceso
revolucionario, en 1949), así como en Vietnam,
Laos y Camboya, tras un largo periodo de lucha de liberación nacional contra el
imperialismo japonés, francés y norteamericano. En América, sería Cuba que tras
el triunfo de la revolución democrático nacional (1959) proclamó su orientación
socialista (1961).
Hoy día, podemos afirmar que ya no existe el campo
socialista que se creó tras la Segunda Guerra Mundial y, aunque todavía haya
algunos países que formalmente se autoproclamen así, en realidad hace tiempo
que dejaron de serlo al haberse restaurado en ellos el capitalismo. Podemos
decir que el ciclo revolucionario que se
inició en Rusia, en octubre de 1917, ha llegado a su fin.
Sin embargo, la lucha contra la explotación capitalista,
por la revolución proletaria y el socialismo, continúa. Y el hecho de que el movimiento comunista y revolucionario haya
experimentado ese fortísimo
retroceso, no significa que la revolución mundial haya dejado de ser necesaria.
Los y las comunistas vascas somos conscientes de ello. Por
eso se hace imprescindible extraer
conclusiones de toda la experiencia histórica de la clase obrera, del
movimiento comunista y revolucionario. Ello hace que nos debamos esforzar
por profundizar en esa experiencia, para aprender,
tanto de los logros y aciertos como de los errores cometidos y de las
insuficiencias habidas.
Es por ello que, aprovechando la ocasión que nos ofrece la
celebración del Centenario de la Revolución de Octubre, y con objeto de
contribuir al rearme ideológico de la clase obrera, hemos considerado necesario
y conveniente el impulsar, desde SUGARRA,
un balance del ciclo de Octubre. Dicho
balance lo iremos realizando a la par y enlazado con el trabajo teórico y
práctico que venimos desarrollando.
En ese sentido, iremos publicando una serie de artículos
sobre diversos aspectos de la experiencia de la construcción del socialismo en
distintos países, profundizando en distintos temas (ideológicos, políticos,
organizativos, económicos, militares, etc.).
Unos artículos que, algunos de ellos, serán de elaboración
propia pero que también habrá otros que no lo sean, y que publicaremos en base
a su especial interés aunque no estemos plenamente de acuerdo con su contenido.
En el mismo sentido, también organizaremos diversas charlas en distintos puntos
de Euskal Herria.
¡Por la Revolución
Vasca y la Revolución Proletaria Mundial!
Comité de Redacción de SUGARRA
Euskal Herria. 10 de enero de 2017