lunes, 5 de septiembre de 2016

LA ECOLOGÍA DE MARX



Escribe John Bellamy Foster en el prólogo de este libro: “Se ha caracterizado muchas veces a Karl Marx como pensador antiecológico. Pero yo he estado siempre demasiado familiarizado con su obra como para tomar en serio esa crítica. En numerosos momentos de su obra, como yo sabía, dio muestras de una profunda conciencia ecológica. Pero, cuando escribí The Vulnerable Planet: A Short Economic History of the Environment (1994) todavía creía que las cosas que Marx alumbrara en relación con la ecología eran un tanto secundarias en su pensamiento; que no aportaban nada nuevo ni esencial a nuestro actual conocimiento de la ecología en cuanto tal, y que la importancia de sus ideas para el desarrollo de ésta residía en el hecho de que proporcionaba el análisis histórico-materialista que la ecología, con sus nociones por lo general ahistóricas y malthusianas, necesitaba desesperadamente.

Que fuera posible interpretar a Marx de un modo diferente, de un modo que otorgara a la ecología una posición central en su pensamiento, era algo de lo que yo sin duda era consciente, ya que se suscitaba a diario en la década de 1980 por parte de mi amiga Ira Shapiro, que se había expatriado de Nueva York y se había convertido en agricultora, carpintera y filósofa de la clase trabajadora, a la vez que asistía como alumna a mis clases. En contra de todas las convenciones de la interpretación de Marx, Ira me decía: "mira esto", señalándome pasajes en los que Marx se ocupaba de los problemas de la agricultura y de la circulación de los nutrientes del suelo. Yo la escuchaba atentamente, pero no apreciaba todavía toda la importancia de lo que me estaba diciendo (algo que sin duda, a diferencia de lo que le ocurría a Ira, me impedía el hecho de que yo carecía de toda experiencia real en el trabajo de la tierra). Por aquellos mismos años, mi amigo Charles Hunt, activista radical, sociólogo, profesor a tiempo parcial, y apicultor profesional, me dijo que debería familiarizarme más con la Dialéctica de la naturaleza de Engels, debido a su visión científica y naturalista. Nuevamente yo escuchaba, pero tenía mis dudas. ¿No había fallado la "dialéctica de la naturaleza'' desde el comienzo?

El camino hacia el materialismo ecológico estaba bloqueado por el marxismo que yo había aprendido durante años. Mi base filosófica habían sido Hegel y la rebelión del marxismo hegeliano contra el marxismo positivista, rebelión que se inició en la década de 1920 con las obras de Lukács, Korsch y Gramsci, y que había llevado a la Escuela de Fráncfort y a la Nueva Izquierda (como parte de la rebelión más amplia contra el positivismo que dominó la vida intelectual europea desde 1890 hasta 1930 y más allá). Se hacía hincapié en el materialismo práctico de Marx, que tenía sus raíces en el concepto de praxis, que en mi propio pensamiento venía a combinarse con la economía política de la tradición de la Monthly Review en los Estados Unidos, y con las teorías históricas de E. P. Thompson y Raymond Williams en Gran Bretaña. En una síntesis como esta quedaba sin embargo poco lugar para un enfoque marxista de temas relacionados con la naturaleza y con las ciencias físico-naturales.

Es cierto que pensadores como Thompson y Williams en Gran Bretaña, y Sweezy, Baran, Magdoff y Braverman, asociados en EEUU con la Monthly Review, insistían todos en la importancia de relacionar el marxismo con el reino físico-natural en general, y cada uno de ellos contribuía a su manera al pensamiento ecológico. Pero el legado teórico de Lukács y Gramsci, que yo había interiorizado negaba la posibilidad de aplicar los modos del pensamiento dialéctico a la naturaleza, con lo que esencialmente cedían todo este campo al positivismo. Por entonces apenas conocía yo una tradición alternativa, más dialéctica, que se daba dentro de las ciencias biológicas contemporáneas, asociadas en nuestros días con la obra de pensadores tan importantes como Richard Lewontin, Richard Levins y Stephen Jay Gould. (Cuando por fin cobré conciencia de esto, fue debido a Monthly Review, que hacía tiempo que trataba de vincular de nuevo el marxismo en general con las ciencias naturales y físicas)” […]

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