El análisis que hacemos a continuación de los resultados
de las elecciones generales que se celebraron ayer, es una primera valoración a
la que, en las próximas semanas, iremos añadiendo otras reflexiones a la luz de
los nuevos acontecimientos que se vayan desarrollando a consecuencia de los
mismos.
En primer lugar, queremos decir que estas elecciones han puesto
en evidencia varias cuestiones, tanto a nivel general, del Estado español, como
a nivel más concreto, de Euskal Herria.
1.- Efectos en el Estado español:
a)
El fracaso del sistema político
bipartidista en
el que hasta ahora se había venido sustentando el régimen del 78. Una prueba de
ello es que en las pasadas elecciones generales (2011), entre el PP y el PSOE
sumaban el 73.39% de los votos, mientras que en las de ayer, sólo llegaron al
50.74%;
b)
la crisis de la gobernabilidad, pues aunque el PP ha ganado las
elecciones lo ha hecho sin obtener la mayoría absoluta, lo que le obliga a
buscar acuerdos con otros partidos. Sin embargo, con el apoyo que le podría
prestar Ciudadanos, con sus 40 escaños, tampoco sería suficiente.
Por su parte, el PSOE sí que
podría llegar a formar esa mayoría absoluta, pero ello requeriría llegar a
acuerdos con varias fuerzas (Podemos, IU-UP, ERC, DyL, …) a lo que se oponen rotundamente
los “barones” (dirigentes regionales) del PSOE porque, según ellos, se pondría
en peligro la “unidad de España”.
También queda abierta la opción de
formar la “gran coalición” entre el PP y el PSOE, pero esta sería muy
problemática si tenemos en cuenta la experiencia griega, en la que el pacto de
gobierno que firmaron en 2012 entre Nueva Democracia y el PASOK, acabó
prácticamente con la liquidación de este último y es dudoso que el PSOE
quisiera repetir la experiencia de sus correligionarios griegos.
Todo lo cual lleva a considerar
que el PP se pueda ver obligado a gobernar en minoría, aunque cuenta con
mayoría absoluta en el Senado, y a que en breve plazo se produzca la convocatoria
de nuevas elecciones;
c)
el ascenso de Podemos, como fuerza de izquierda
reformista, que a pesar de haber quedado posicionada en tercer lugar, tras el
PP y el PSOE, con sus 69 diputados (tan sólo unos 300.000 votos menos que el
PSOE), ha capitalizado el rechazo a un régimen corrupto, caracterizado por
haber llevado a cabo políticas anti-obreras y recortes sociales, con objeto de
descargar sobre las capas populares los peores efectos de la crisis. Un ascenso
que se ha dejado sentir especialmente en las zonas urbanas y que ha tenido unas
fuertes repercusiones tanto en Cataluña como en Euskal Herria;
d)
el cambio de hegemonía en el
nacionalismo catalán,
de tal manera que ERC, representante de la pequeña burguesía catalana, ha
desbancado a DiL, el partido de Artur Mas (antigua CDC) que representa a los
sectores de la burguesía media nacionalista, que ha pasado a ocupar la cuarta
posición.
2.- Efectos en Euskal Herria:
a)
Podemos se sitúa como primera
fuerza política en el conjunto de Hego Euskal Herria, con 397.783 votos (el 25.31%),
seguida por el PNV con 301.585 votos (el 19.19%). En la CAV, Podemos supera en votos
al PNV, que sufre un ligero descenso (22.732 votos) con respecto a 2011, aunque
éste obtiene un diputado más que Podemos debido a la distribución territorial
de escaños. Podemos obtiene la mayoría en Araba y en Gipuzkoa, quedando en un
segundo puesto, tras el PNV, por una escasa diferencia, en Bizkaia.
Es significativo que Podemos se haya hecho con la mayoría
de los votos en localidades industriales y/o de gran tradición de izquierda,
como es el caso de Basauri, Etxebarri, Erandio, la Margen izquierda
(Barakaldo, Sestao, Portugalete, Santurtzi) y Zona Minera (Abanto, Trapaga,
Ortuella), etc. en Bizkaia; Andoain, Arrasate, Eibar, Errenteria, Irun y
Pasaia, así como Donostia, en Gipuzkoa, y Amurrio, Laudio y Vitoria-Gasteiz, en
Araba.
Por su parte, en Nafarroa, Podemos ha obtenido más votos
(80.961) que las otras tres fuerzas que han promovido el “cambio” en aquel
territorio: EH Bildu, Geroa Bai y IU-B-UPeC (79.899); con lo que han
capitalizado dicho cambio en su favor.
b)
el PNV mantiene la hegemonía en el
seno del nacionalismo vasco (a diferencia de lo ocurrido en Catalunya con DiL) y EH Bildu sufre un estrepitoso
descenso, perdiendo 101.679 votos, la mitad de ellos en Gipuzkoa;
c)
en la CAV, el voto no nacionalista supera
al nacionalista
(705.165 votos contra 485.196), correlación de fuerzas que de persistir en los
próximos meses crearía una situación muy compleja y, posiblemente dificultase
el avance de nuestro pueblo hacia la conquista del derecho de autodeterminación.
No obstante, también debemos tener en cuenta las frecuentes manifestaciones de
Podemos a favor del llamado “derecho a decidir” que, en el caso catalán,
concretan en la celebración de un referéndum, que es rechazado abiertamente
tanto por el PP como por el PSOE. El tiempo lo dirá.
En cuanto a las posibilidades de
la reforma constitucional que propugna Podemos, consistentes en “blindar” los
derechos sociales y reconocer la plurinacionalidad del Estado español, hay que
decir que en este último aspecto la actual constitución española es sumamente
rígida, dificultando al máximo cualquier reforma sustancial de la misma
(art.168), como sería el caso. Es decir que, en realidad, de lo que se
trataría, sería de una ruptura y de
la apertura de un proceso constituyente,
cosa que no dicen abiertamente los dirigentes de Podemos, porque pensamos que
no es una de sus intenciones.