Reproducimos a continuación un interesante artículo tomado
de CEPRID.
Alberto Cruz CEPRID
Sábado 17 de mayo de 2014 por CEPRID
Las masacres fascistas de Odesa y Mariupol, la negación de
la victoria antifascista en la
II Guerra Mundial y la falsificación histórica que conlleva,
así como la “rehabilitación” de los colaboracionistas con los nazis, y el
ataque contra la población insurrecta de Donestsk, Luganks y Járkov escenifica
de forma palpable lo que está ocurriendo en Ucrania. También deja en evidencia
a quienes, como de costumbre, se han pasado semanas alabando iniciativas como
las del Maidán y luego se escabullen de la escena intentando evitar que las
responsabilidades por lo que acontece les alcancen a ellos.
Porque lo que está ocurriendo en Ucrania no es más que una
lucha de clases –a la que esos aduladores del Maidán sienten una especial
aversión- que está alcanzando su punto álgido en las regiones orientales
mencionadas. Que en ellas se haya desoído el llamamiento de Putin para que se
retrasase la celebración del referéndum de autodeterminación –lo que pone de
manifiesto su independencia pese al calificativo de “prorrusos”, aunque lo
sean, y su malestar con la forma en que Rusia ha actuado al negociar con el
régimen filofascista de Kiev sin contar con ellos-; que se esté construyendo el
Ejército del Pueblo del Sureste de Ucrania; que se esté resistiendo la ofensiva
militar de la junta filofascista de Kiev casi sin armas; que se estén
destruyendo (quemando, literalmente) oficinas bancarias que representan los
principales intereses oligárquicos como Banca Torced, PrivatBank y Kolomoiski
(1) –algo que no se hizo en el Maidán-; que se estén realizando huelgas mineras
(sobre todo en el sector del carbón) como respuesta a las privatizaciones y
medidas de choque adoptadas por el régimen filofascista de Kiev en cumplimiento
de las exigencias del FMI… sólo pone de manifiesto lo dicho antes: que la lucha
de clases en Ucrania está en auge.
La lucha por la democracia en Ucrania no está en el Maidán
y sus representantes del régimen filofascista de Kiev, sino en el sur y en el
este. La proverbial ignorancia de un cierto sector de “izquierda” (?) no tiene
en cuenta cosas tan simples y ni siquiera se molesta en investigar el quién es
quién. Por ejemplo, el llamado “primer ministro” de la junta filofascista de Kiev,
Arsenly Yatsenyuk. Sólo hay que molestarse en entrar en la página web de la
fundación de este individuo (2) y observar quienes son sus patrocinadores.
Pasen y vean. Y si tras hacerlo consideran que este tipo de individuos son los
exponentes de la democracia en Ucrania, háganse mirar por un especialista
médico porque algo andará mal en su cabeza.
No obstante, esta lucha de clases y por la democracia en
el este y en el sur tiene dos puntos débiles: Járkov y Odesa. Estas dos
ciudades son los principales centros políticos y económicos de estas zonas, así
como es más débil en ellas la organización popular, y la junta filofascista de
Kiev lo sabe. De ahí que no haya sido en ellas donde esté concentrando la
represión sino en ciudades de Donetsk y Luganks, donde la organización popular
está más avanzada y es más sólida como lo pone de manifiesto la celebración de
sendos referendos de autodeterminación que tuvieron lugar el pasado 11 de mayo.
Pese a los intentos de la junta filofascista de Kiev por
impedirlos, los referendos han mostrado unos resultados fantásticos para las
aspiraciones populares: en ambas regiones la afluencia fue masiva, pese a que
no se pudo celebrar con todas las garantías en un pequeño puñado de ciudades,
cercadas por el Ejército ucraniano y la llamada Guardia Nacional –de la que
forman parte las milicias fascistas del Maidán-, y pone tanto a Kiev y sus
patrocinadores occidentales como a Moscú ante la política de los hechos
consumados. Ya no va ser posible no contar con ellos en cualquier negociación
que se inicie, que tendrá que hacerse tarde o temprano.
Pero antes de eso volveremos a ver cómo desde Occidente se
repetirá el mantra ya oído en Crimea: los referendos no tienen validez, se ha
votado bajo coacción –pese a que la gente ha desafiado a los tanques del
Ejército y a los matones fascistas de la Guardia Nacional
incluso en las ciudades cercadas-, si Rusia reconoce los resultados habrá más
sanciones… Todo humo. El pueblo del Donbáss, la gran cuenca minera que engloba
las regiones de Donetsk y Luganks, ha decidido tomar el sus manos su futuro y
para ello cada paso que da es para una mayor y mejor auto-organización. Incluso
si no cuenta con el apoyo ruso.
Este es el gran mensaje que sale de la participación
popular en los referendos. Al no seguir el “consejo” de Putin de retrasar la
celebración de las votaciones hasta que tuviesen lugar las elecciones
presidenciales del 25 de mayo, el Donbáss ha decidido seguir la máxima
leninista de que circunscribirse a la defensa es la ruina de una revuelta. Por
lo tanto, tenía que dar un paso adelante y lo ha dado reforzando, de hecho, el
apoyo popular y, al mismo tiempo, poniendo en un brete al Kremlin, que ahora
tiene una disyuntiva difícil: o reconoce la situación o comienza a perder el
favor de la gente. Porque en esta lucha de clases que se está llevando a cabo
en Ucrania, y de la que el Donbáss es su máximo exponente, también se tiene
claro el apoyo oligárquico con que cuenta Putin, aunque sea una oligarquía
nacionalista rusa.
El movimiento del Donbáss ha sido doble: demostrar al
mundo su carácter antifascista y su rechazo a la junta filonazi de Kiev y
obligar a Rusia a moverse más deprisa de lo que al Kremlin le gustaría. Porque
ahora no puede dejar abandonado a su suerte a un pueblo que masivamente ha
demostrado lo que piensa. Si la junta filofascista de Kiev –y lo hará si cuenta
con el beneplácito de sus patrocinadores occidentales- decide arrasar el
Donbáss tras la farsa de las elecciones del 25 de mayo y Rusia no hace nada, se
caerá como un castillo de naipes el apoyo con que cuenta Putin en la actualidad
y ello repercutirá en su política interna y en su partido, ya derrotado
electoralmente en alguna ciudad significativa (3). La población rusa no va a
aceptar, bajo ningún concepto, que se abandone a los habitantes de habla rusa
del Donbáss y, yendo más allá, al resto de ucranianos que tienen el ruso como
lengua materna. Está, también, para la población del Donbáss el espejo
económico de Crimea –sobre todo el pago de pensiones y salarios- desde que se
produjo la adhesión a Rusia, de ahí que la primera iniciativa tras el éxito de
los referendfos haya sido solicitar su incorporación a Rusia.
El carácter socio-político de la revuelta del Donbáss está
fuera de toda duda y ahora habrá que ver el contenido de su programa para
satisfacer las necesidades más urgentes de la población y del carácter político
que se les da. Esto, al mismo tiempo, servirá de imán para el fortalecimiento
del movimiento popular en Járkov y Odesa donde, como ya se ha dicho, se está en
una situación de mayor debilidad y eso está siendo explotado por la junta
filofascista de Kiev.
La presencia de banderas con la estrella roja de cinco
puntas ha sido habitual en las concentraciones y manifestaciones realizadas
hasta ahora en el Donbáss, el portar la cinta de San Jorge –que sí fue
instaurada por Catalina II en 1729, como recuerda la prensa burguesa, pero que
el Ejército Rojo de la URSS
convirtió en el símbolo de la lucha contra los nazis y, en 1945, fue el emblema
de la victoria contra el fascismo y así se considera hoy por lo que el simple
hecho de portarla es muestra de antifascismo- es habitual en el vestuario de
cualquier residente del Donbáss, y la presencia de proclamas en favor de la
nacionalización de los intereses de los oligarcas ucranianos (sobre todo de
hierro y acero, que convierten a esta zona en una de las principales
productoras de estos materiales a nivel mundial) no se han hecho esperar cuando
se anuncia que el primer paso tras los referéndum será el de la creación de entidades
estatales y militares propias. Es el primer paso para romper con los restos
oligárquicos del Partido de las Regiones –el Yanukovich-, de quien se considera
ha traicionado las aspiraciones populares aunque alguno de sus dirigentes haya
tenido un papel más o menos importante en la rebelión.
Los movimientos que se produzcan desde ahora hasta el 25
de mayo van a ser cruciales para el devenir de la situación. La junta
filofascista de Kiev intentará por todos los medios controlar la situación en
Járkov y Odesa para evitar la influencia del Donbáss; el Kremlin insistirá en
la necesidad de negociar mientras se da un tiempo para ver qué resulta de las
famosas elecciones del 25 de mayo –donde está a punto de ser prohibido el
Partido Comunista y los candidatos del Partido de las Regiones son hostigados,
denigrados y apaleados sin que los “observadores” occidentales hayan dicho ni
una palabra sobre ello- y en las que, como es obvio, no participará el Donbáss
y está por ver cuál es el índice de participación en Járkov y Odesa, mientras
Occidente volverá a reafirmarse en el apoyo de los títeres de Kiev mientras
anunciará más “sancioncitas” contra Rusia.
Eso si no hay algún movimiento loco, como la guerra
abierta contra los rebeldes del Donbáss porque su ejemplo está sentando unas
bases inquietantes para las diferentes oligarquías de la zona. De hecho, el
pasado 13 de mayo el Ejército ucraniano –siguiendo el ejemplo de lo que hizo
también el Ejército colombiano en repetidas ocasiones- utilizó el símbolo de la ONU en sus helicópteros para
acercarse a Kramatorsk y atacar posteriormente las posiciones de los milicianos
(4). La difusión de las imágenes, logradas por residentes locales, ha obligado
a la ONU a abrir
una investigación aunque, conociendo a este organismo multinacional –de
naciones- no saldrá de ello ni una mísera reprimenda a la junta filofascista de
Kiev.
No obstante, a tenor de cómo la resistencia popular armada
se está intensificando y demostrando cada vez más efectividad, el resultado no
está tan cantado como a primera vista parecería dada la superioridad
armamentística del Ejército ucraniano.
Si se produce esta ofensiva militar, la junta filofascista
de Kiev y sus patrocinadores occidentales siempre contarán con las
paragubernamentales ONGs, al estilo de Amnistía Internacional, para hacer el
juego sucio y distorsionar la realidad hasta la náusea (5). Gracias a ellos ya
vemos a los nazis convertidos en héroes democráticos y a los resistentes
antifascistas en “terroristas”, así que en caso de una agresión armada contra
el Donbáss y su rebelión democrática y de clase invertirán sin pudor el
discurso que ahora utilizan en Siria: el gobierno de Kiev será el bueno y los
resistentes antifascistas, los malos.
Notas:
(1) http://www.youtube.com/watch?v=444dU2Zv2AM
(3) Alberto Cruz, “Rusia: Dos pasos adelante, uno atrás y
el nuevo orden geopolítico mundial” http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1833
Alberto Cruz es periodista, politólogo y escritor. Su
nuevo libro es “Las brujas de la noche. El 46 Regimiento “Taman” de aviadoras
soviéticas en la II Guerra
Mundial”, editado por La Caída
con la colaboración del CEPRID. Los pedidos se pueden hacer a
libros.lacaida@gmail.com o bien a ceprid@nodo50.org También se le puede
encontrar en librerías. albercruz@eresmas.com