Un
artículo de Jon Ibaia. Tomado de Herri Gorri
La Comisión Europea de comercio, descubre algo tan
sorprendente como que China desarrolla una “competencia desleal” de mercancías
“artificialmente baratas” que amenazan la viabilidad de la industria europea.
Esta sesuda reflexión, desarrollada ante la situación de la ACB de Sestao, ha puesto sobre
la mesa el problema del “dumping”, definido como algo negativo y amenazante…
En este caso, hablamos de bobinas
de acero, pero la desvergüenza de la Comisión Europea,
hablando de dumping, cuando desde hace la friolera de más de treinta años, la
construcción naval, el sector textil y, en general, todos los sectores de baja
y media intensidad tecnológica, han sido sometidos al mismo proceso de
“competencia desleal”, resulta como mínimo indignante.
Eso si, en su análisis y en el de
toda la morralla de políticos oportunistas y de burócratas al servicio del
imperialismo europeo, hay algo que no mencionan y es que el coste de las
mercancías importadas, sea desde China, la India, Malasia o Thailandia, no es artificial ni
mucho menos, sino producto “natural” de las condiciones de producción. No es
artificial que una zapatillas deportivas NIKE producidas en Malasia, tengan un
coste de producción veinte o treinta veces inferior al que resultaría de ser
producidas en Durango, Marsella o Berlín. ¿Cómo es posible que ZARA pueda
vender blusas a 3 euros, o que balaustres de acero forjado producidos en China
cuesten la tercera parte que producirlos en Munguía?. La respuesta es muy
sencilla y evidente. En Bangladesh y Vietnam, verdaderos gigantes mundiales de
la producción textil, el salario mensual de una trabajadora por jornadas de
trabajo de 12 horas, es de 40 euros. Pero no es algo “artificial” ni mucho
menos, es la propia naturaleza del capitalismo, y la posibilidad que en la fase
de su Globalización. se ha abierto para que los capitales, puedan
deslocalizarse e instalarse en lugares en los que la producción de plusvalor
pueda ser incrementado, a base de más explotación, en alianza con gobiernos
criminales que han garantizado esas condiciones, mediante la represión más
brutal.
Es el capitalismo el que conduce a
una lógica de explotación y de producción de plusvalor, de ganancias y
beneficios obtenidos mediante el “dumping” y mediante la competencia entre
costes de producción que con la Globalización y tras los acuerdos de libre
comercio de las rondas del GATT, posibilitaron esta situación en los años 90
del siglo pasado. La tendencia decreciente de las tasas medias de ganancia,
como ley inexorable en el funcionamiento del Modo de Producción Capitalista,
trató de ser corregida a escala mundial reduciendo costes laborales de
producción, posibilitando producir allí donde resultaba más rentable, producir
donde los precios de producción fueran más competitivos. El Estado español,
Portugal o Grecia, desarrollaron prácticas de “dumping” respecto a Alemania o
Francia y luego Rumania, Polonia o Hungría, entraron dentro de la misma lógica…
y la propia China está sufriendo en sus carnes el problema, con los menores
costes laborales que ofrecen en el mercado mundial, la India o Vietnam. Pero esta
lógica que en el corto-medio plazo, indudablemente genera una contratendencia a
la ley decreciente de la tasa media de ganancia, a largo plazo recrudece el
problema de la sobreacumulación, al reducirse la capacidad efectiva de gasto en
bienes de consumo de las clases trabajadoras.
La desindustrialización de los
ámbitos del capitalismo central europeo, es un fenómeno que en Hegoalde hemos
sufrido con especial intensidad en los años 80. Recordemos que la ACB de Sestao, es el producto
final de un proceso en el que la siderurgia de toda la Margen Izquierda
del Nervión, fue “reconvertida”. La
ACB de Sestao, se convirtió en una planta de alta
productividad y competitividad, al sustituir fuerza de trabajo por técnicas y
tecnologías de producción que posibilitaban producir más con menos fuerza de
trabajo. Si la ACB,
pertenece a una corporación como Arcelor Mittal, que puede “planificar” su
producción en función de costes competitivos de diferentes lugares, sabemos lo
que puede pasar. Si IBERDROLA, establece unos costes energéticos que
condicionan la propia rentabilidad de la acería, quizás incluso pueda
arreglarse el problema; claro está que a costa de que IBERDROLA aumente la
factura del consumo de los hogares… pero es que de lo que hablamos es de
capitalismo, de explotación, injusticia, latrocinio y lucha de clases.
Puede incluso que los sindicatos,
encaminados convenientemente hacia la “responsabilidad”, negocien EREs,
reducciones salariales, o despidos limitados para preservar la ACB cinco o seis años más,
antes de un nuevo colapso, pero la morralla de burócratas, políticos y demás
agentes del sistema, venderán el éxito y se pondrán medallas, ¿y quién perderá?
Demasiado bien lo sabemos.
La materia prima con la que se
producen las bobinas de acero, tiene un precio que está fijado
internacionalmente, es decir, es un componente constante del precio de
producción, sometido a muy pequeñas variaciones. Ahora bien, si se precisa un
determinado nivel de ganancia, en una fase de sobreacumulación como factor
estructural del modelo económico, ¿dónde se incide a la hora de aumentar la
competitividad internacional? ¿ en nuevas inversiones en técnicas y tecnologías
de producción, sólo amortizables a muy largo plazo y que generarían un efecto
de sustitución de fuerza de trabajo? Por supuesto que no, sobretodo cuando el
capitalismo tiene fuerza de trabajo barata que puede abaratarse aún más con la
realidad -o la amenaza- de deslocalizaciones productivas.
La siderurgia en el Estado
español, ha logrado subsistir, debido a la utilización de los EREs como
mecanismo regulador de la oferta y la demanda, llevando la producción de una
planta a otra, repartiendo la carga de trabajo decreciente, para ir paliando un
problema estructural que parecen descubrir ahora. La derivación de la
producción de ACB hacia otras plantas del Estado, ¿a qué responde?
Probablemente a que hayan logrado imponer mejores condiciones de rentabilidad,
no otra cosa.
¿Tienen los chinos la culpa? Por
favor, seamos serios… el proletario chino sobre-explotado en una acería de
Loudi, en la que la propia Arcelor Mittal es accionista ¿es culpable? ¿Es
culpable un gobierno chino que no ha hecho nada más que cumplir una función
estructural en la nueva división del trabajo a escala internacional del
capitalismo y que ha permitido desarrollar un abaratamiento de los bienes
salariales para compensar el coste de la reproducción de la fuerza de trabajo
en los estados capitalistas centrales? ¿No se ha beneficiado ARCELOR MITTAL de
sus inversiones en China? ¿No cumplió China para el capitalismo internacional
el papel de garante del ciclo de expansión desde finales de los años 90 hasta
el año 2006, precisamente abaratando los costes de producción para desarrollar
en la “Europa Social y Democrática” una expansión del crédito al consumo con el
que alimentar la burbuja financiera? ¿No ofreció China una salida a los
capitales ociosos y el capital financiero no suspiró de alivio cuando China
compraba bonos de deuda europea y de los Estados Unidos?. La hipocresía, la
mentira y la estafa son elementos constitutivos del capitalismo…
Pero bueno, está bien, señores y
señoras de la
Comisión Europea. Pongan freno al dumping social. Establezcan
vds. unas clausulas especiales en los acuerdos de comercio, que garanticen que
todas las mercancías importadas de ámbitos extracomunitarios, cumplan con la
garantía de salarios dignos, derechos sociales y laborales equiparables a los
vigentes en Europa. Proscriban el trabajo infantil y hagan efectiva la denuncia
de la esclavización de los proletariados periféricos, no permitan que sean
producidas bobinas de acero en factorías en las que el sindicalismo esté
prohibido y se asesinen a sus promotores. Reconstruyamos en Europa sistemas
productivos que garanticen trabajo y derechos sociales y laborales, en las
condiciones que marcan las propias legislaciones sociales planteadas por las
diferentes comisiones de la
Unión Europea…
Ah, es cierto… no se puede,
significaría el colapso económico. El problema es siempre el mismo, porque de
lo que se trata, es de quién ostenta la propiedad del capital, quien tiene
poder para gestionarlo y producir plusvalor. Trescientos currelas de la ACB de Sestao, son ahora
mismo, la punta de un inmenso iceberg, trescientos currelas, supervivientes de
los tiempos en los que la siderurgia de la Margen Izquierda,
contaba decenas de miles antes de ser “reconvertidos”.
Revertir la situación no es tarea
fácil, porque es pura y simple lucha de clases y sabemos como están las
correlaciones de fuerzas. No pinta bien el tema, porque cualquier solución en
un tablero de juego de “suma cero”, en el que el capital siempre gana,
significará que incluso la salvación de ACB, supondrá que la clase obrera de
cualquier otro lugar, pague los platos rotos y, por tanto, no será ni mucho
menos una victoria.