jueves, 14 de abril de 2016

EL IMPERIALISMO YANQUI RECUPERA POSICIONES EN LATINOAMERICA




En los últimos meses se ha producido un retroceso generalizado en aquellos países de América Latina que contaban con gobiernos progresistas (bolivarianos o de izquierda reformista), como es el caso de Venezuela, Bolivia, Argentina, Brasil, etc.

A ello hay que unir la apertura de Cuba a EEUU y a las inversiones norteamericanas, tras 54 años de férreo bloque imperialista; la desactivación del conflicto armado colombiano, a raíz de las negociaciones del gobierno con las FARC y más recientemente con el ELN; y, por último el triunfo de la derecha peruana, representada por Keiko Fujimori, en las recientes elecciones celebradas en aquel país.

Con ello, el imperialismo yanqui y sus aliados, las fuerzas reaccionarias del subcontinente, logran afianzarse en varios países, reforzando así las posiciones del bloque imperialista hegemónico, a nivel internacional. Y todo, curiosamente, se está efectuando por procedimientos “democráticos”, sin necesidad de volver a recurrir a los golpes de Estado y las dictaduras militares de las décadas de los 70 y 80 del pasado siglo.

En Brasil, una de las potencias emergentes (BRICS), la presidenta Dilma Rousseff corre peligro de ser destituida por la Cámara de Diputados, mediante un “impeachment”, cuya tramitación ya ha sido aprobada por mayoría en la comisión de diputados, pero que requeriría una mayoría cualificada de 2/3 en el parlamento.

Tras el triunfo electoral de Mauricio Macri en Argentina, la ex-presidenta Cristina Fernández, ha sido imputada judicialmente por una polémica operación realizada por el Banco Central durante su mandato. Pero, la caída del kirchnerísmo tiene implicaciones  geoestratégicas. China está construyendo en Neuquén (Patagonia) una gigantesca base que, oficialmente, se dedicará a la observación planetaria, pero que los acuerdos firmados entre ambos países, de cara a su construcción, contienen cláusulas secretas que el nuevo gobierno podría derogar.

La derrota electoral del chavista Nicolás Maduro, en Venezuela, ha posibilitado que la derecha pro-imperialista de aquel país trate de promulgar una “amnistía” para sus presos, muchos de ellos vinculados a tentativas golpistas. De momento, el Tribunal Supremo de Justicia, todavía controlado por los chavistas, ha conseguido frenar el intento, declarando anticonstitucional la llamada Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional, aprobada por la Asamblea Nacional. Hay que recordar que la derecha venezolana ha contado con la complicidad y el apoyo explícito tanto del PP como del PSOE.

Por último, en Bolivia, tras la derrota de la propuesta de reforma constitucional, que permitiría la reelección de Evo Morales hasta 2025, en el referéndum del pasado mes de febrero, todo hace pensar que también en este país se producirá un avance de los grupos oligárquicos y pro-imperialistas.

Es evidente que, después de estos importantes cambios políticos, el imperialismo yanqui recupera posiciones perdidas en América Latina, lo que le permitirá afrontar en mejores condiciones el enfrentamiento con el bloque imperialista chino-ruso.