Hay periodos en la Historia en los que parece que nada cambia, que
no se producen alteraciones. Sin embargo, sabemos que eso no es cierto. La
calma es sólo aparente, relativa. Lo real, lo absoluto, es el movimiento. Y en
las sociedades actuales, al igual que viene sucediendo desde la más remota
antigüedad, se producen cambios, cuyo origen habría que buscarlo en la lucha de
clases.
A diferencia de esas épocas de aparente “letargo”, también
hay otras en las que todo parece acelerarse, en las que los cambios se suceden
a un ritmo más rápido del habitual. Y, en estos momentos, parece que estamos
entrando en uno de estos periodos.
1.- El Estado
español
En el Estado español, las últimas elecciones municipales y
autonómicas (y forales, en el caso de la CAPV) que se celebraron el pasado 24 de mayo, han
dado lugar a un nuevo panorama político, de tal manera que el régimen surgido
en la “transición” ha sufrido un duro golpe. La situación política que se ha
creado tras el 24M, se caracteriza por:
1.1.- La crisis del bipartidismo
Desde el final de la dictadura franquista, tanto el PP
(inicialmente AP) como el PSOE, han venido representando los intereses de la
gran burguesía española, aunque vinculados, cada uno de ellos, a diferentes sectores
o fracciones de la misma. Así, mientras el PP lo está a los sectores más
parasitarios y especulativos del capital financiero, el PSOE tiene relación con
otros sectores más “reformistas” de la misma clase social, así como con las
burguesías medias periféricas, como la vasca y la catalana.
Mientras el primero defiende políticas económicas
ultra-liberales, basadas en la prioridad absoluta del mercado y en la
privatización de las principales empresas públicas o de los servicios
estratégicos (sanidad, educación, etc.), el otro, defiende tímidas medidas
neokeynesianas, de “justicia social”, y de “redistribución de la riqueza”,
basadas en lo que llaman una fiscalidad “progresiva”.
Sin embargo, a pesar de las diferencias de matices entre
uno y otro, ambos partidos defienden con todas sus fuerzas los intereses
esenciales del capitalismo español, de las multinacionales y del imperialismo
norteamericano. Tanto uno como otro defienden la unidad e indivisibilidad de
España, la integración del Estado español en la UE, así como su pertenencia a la OTAN, la alianza militar
impulsada por el imperialismo yanqui y sus aliados.
En las elecciones del pasado 24M, ambos partidos sufrieron
un importante retroceso en sus apoyos electorales, llegando a perder el PSOE
unos 700.000 votos y el PP alrededor de 2.500.000, aunque todo parece indicar
que este partido se puede haber recuperado algo.
1.2.- La inestabilidad
política
Esta importante pérdida de votos por parte de los dos
partidos principales del “régimen del 78”, ha venido acompañada del ascenso de nuevas
formaciones políticas como PODEMOS y Ciudadanos. Su irrupción ha modificado
considerablemente el panorama político, creando una situación de mayor
incertidumbre e inestabilidad política.
Al mismo tiempo, y en relación con lo anterior, en las
elecciones municipales han hecho aparición una serie de candidaturas populares
que han llegado a hacerse con la mayoría en varias de las ciudades más
importantes del Estado español, como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla,
Zaragoza, Cádiz, etc. Para lo cual, en algunos casos, como en Madrid, han recibido
el apoyo del PSOE. También hay que decir que en la mayoría de ellas formaba
parte PODEMOS, aunque no como fuerza principal.
A esto hay que añadir el retroceso sufrido por el PP en
varias comunidades autónomas, aunque en varias de ellas ha podido mantenerse
con el apoyo de Ciudadanos; al igual que le ha ocurrido al PSOE en otras, donde
ha logrado mayorías gracias al apoyo de PODEMOS.
1.3.- La recomposición del reformismo
Tras las elecciones del 24M, tanto en IU como en PODEMOS,
han surgido sectores que propugnan la confluencia de ambas formaciones de cara
a las próximas elecciones generales, que probablemente se celebrarán en el
próximo mes de diciembre. Quienes proponen esa confluencia, también plantean la
incorporación a ella de otros partidos menores, como Equo, y de las plataformas
ciudadanas que se formaron en muchos
lugares con ocasión de las elecciones municipales y autonómicas.
Lo cierto es que entre unos y otras (IU, PODEMOS y las
“candidaturas ciudadanas”) no existen notables diferencias, ni a nivel
ideológico, ni político, pues todos ellos pretenden únicamente situarse en una
mejor posición en los aparatos político-administrativo y representativo del Estado
capitalista, sin pretender en ningún momento utilizarlos para agudizar las
contradicciones y extender la lucha de clases al interior del propio Estado
burgués, con el fin de destruirlo y avanzar hacia el socialismo [1].
Tanto IU como PODEMOS se sitúan en lo que podríamos
denominar como ala “centrista” de la socialdemocracia (la primera formación,
ligeramente más a la izquierda, pero en el mismo espectro ideológico y
político, que la segunda), mientras que el PSOE ocupa la posición más
derechista de la socialdemocracia, lo que podemos llamar “social-liberales” [2].
Por otra parte, el PSOE, percatándose de la inestabilidad de
la actual situación política, y teniendo en cuenta la evolución de la situación
en Catalunya, pretende impulsar una maniobra de apuntalamiento del Estado
burgués y del régimen del 78, llevando a cabo una operación de maquillaje del
mismo. Es por esto que plantea una reforma constitucional en un sentido
federalizante, que serviría para mantener la actual organización territorial
del Estado, efectuando sólo algunos cambios formales, sin reconocer el derecho
de autodeterminación de los pueblos y naciones oprimidas.
A la vista de la situación política, el propio PP ha
empezado a hablar de una posible reforma constitucional, en la que de nuevo se
definirían las competencias de las comunidades autónomas. Es decir que no trata
de disimular que pretende una reforma re-centralizadora de la actual
constitución española.
1.4.- Las burguesías nacionalistas.
En cuanto a las burguesías medias periféricas, hay que
decir que no tienen un comportamiento político homogéneo. Por una parte, una
fracción importante de las mismas defiende la actual organización territorial
del Estado burgués español. Por otra, tanto en la CAPV como en Catalunya existen
fracciones nacionalistas más o menos importantes. En el caso del la CAPV, esta fracción está representada
por el PNV y en Catalunya por CDC y por UDC (que hasta hace poco formaban CiU).
Mientras que CDC se ha ido radicalizando, presionada por
las capas inferiores de la burguesía nacionalista catalana (representadas
principalmente por ERC y las CUP), adoptando en los últimos tiempos una
posición independentista (lo que ha provocado la ruptura de CiU) que aboga por
la celebración de unas elecciones plebiscitarias para el próximo 27S y la
consiguiente proclamación unilateral de la independencia, en caso de ganarlas;
el PNV adopta una posición más “realista”, ofreciendo su colaboración al PSOE
para llevar a cabo su pretendida reforma constitucional.
En Hego Euskal Herria, una serie de personalidades de
reconocido prestigio, fundamentalmente del ámbito académico aunque de
diferentes orientaciones ideológicas y políticas, han hecho un llamamiento a
las distintas fuerzas democráticas y soberanistas, de cara a promover
candidaturas unitarias para las próximas elecciones generales. Los objetivos de
dichas candidaturas unitarias no distarían mucho de las pretendidas a nivel
estatal (IU, PODEMOS, etc.) con la inclusión en ellos de un reconocimiento “a la Comunidad Autónoma
Vasca y la Comunidad
Foral de Navarra como sujeto de decisión, independientemente
de que en ese proceso se barajen alternativas distintas (independencia,
federación o autonomía)” [3]. EH Bildu ha sido la primera en aceptar la
propuesta, involucrándose así en la perspectiva de un “cambio político” a nivel
del Estado español, por el que hasta ahora nunca había mostrado interés.
1.5.- Los comunistas vascos en la
coyuntura actual
Es indudable que la nueva situación política creada en el
Estado español tiene que ser objeto de nuestra atención. Ahora bien, ¿cuál
debiera ser nuestra actitud hacia ella? ¿Adoptar la misma postura que los
reformistas, haciéndonos eco de las falsas ilusiones “de cambio” de las que
ellos se alimentan? O, por el contrario, sin perder de vista cualquier
posibilidad de profundización democrática, por reducida que esta pueda ser,
¿tratar de aprovecharla para avanzar hacia la revolución socialista?
Indudablemente, nosotros defendemos esta última postura.
Sin embargo, nuestra capacidad para aprovechar la
coyuntura actual en un sentido revolucionario, es muy escasa. Ello, por dos
aspectos fundamentales: a) en estos
momentos, la clase obrera vasca no cuenta con un instrumento organizativo de
intervención política que sea la expresión de su necesaria independencia de
clase. Es decir, no existe un partido comunista en Euskal Herria; y b)
como consecuencia de lo anterior, la clase obrera vasca no ha podido
desarrollar un proyecto político propio, de acuerdo con sus intereses específicos
de clase, situándose a la zaga de otras clases y defendiendo unos intereses
que, aunque parcialmente puedan coincidir con los suyos, realmente no lo son.
2.- El contexto
internacional
La situación que hemos descrito hasta aquí no se desarrolla
al margen de las contradicciones fundamentales de nuestra época, sino
fuertemente condicionada por todas ellas. En ese sentido, hay que decir que en
el plano internacional está teniendo lugar un rápido proceso de
consolidación-demarcación de los distintos bloques imperialistas, situándose
por una parte el constituido por el tándem UE-EEUU, y por otra el agrupado en
torno a Rusia-China.
2.1.- La Unión Europea
En cuanto a la
UE, hay que decir que en ella se constatan simultáneamente
dos fenómenos: a) el debilitamiento del eje franco-alemán, y la disminución del
peso de Francia en las políticas europeas, así como el reforzamiento del papel
de Alemania como potencia hegemónica en su seno; y b) la creciente
subordinación del conjunto de la UE
a la estrategia global de dominación del imperialismo norteamericano, lo que se
ha puesto de manifiesto en numerosas ocasiones (política hacia Oriente Medio,
cuestión de Ucrania y sanciones contra Rusia, etc.); situación que viene a
reforzar el TTIP que actualmente se negocia en secreto entre la UE y EEUU.
Sin embargo, la
UE está sufriendo una profunda crisis que se está viendo agravada
por una serie de factores:
·
El
enquistamiento del conflicto de Ucrania y sus repercusiones económicas sobre la Unión, como consecuencia de
las medidas de respuesta de Rusia a las sanciones económicas adoptadas por
aquella, y que afectan fundamentalmente a la agricultura de los distintos
estados miembros.
·
El
creciente desprestigio de las instituciones europeas, sobre todo de la CE y el BCE, a raíz de su
actuación en el caso de la deuda griega [4], negándose sistemáticamente a
cualquier renegociación de la misma e imponiendo a ese país unas gravísimas
condiciones que repercuten fundamentalmente sobre la clase obrera y el resto de
los sectores populares (reducción de pensiones, subida del IVA, privatización
de servicios y empresas públicas, etc.).
·
El
riesgo de la posible salida de Gran Bretaña de la UE, si esta no se aviene a renegociar sus
condiciones de adhesión, para lo que el gobierno de Cameron tiene previsto
celebrar un referéndum en 2017.
2.2.- El acrecentamiento del peligro de guerra
Hay una serie de factores que nos hacen considerar que la
situación internacional está evolucionando con relativa rapidez hacia una nueva
conflagración bélica de considerables dimensiones. Aunque aún es prematuro para
prever su posible alcance, si se atisban posibles focos que podrían situarse en
su origen:
·
El
conflicto en Ucrania. Se sitúa en la misma frontera de Rusia y en él están
abiertamente implicados tanto EEUU y la
OTAN como la
UE. Las recientes maniobras militares a las propias “puertas”
de Rusia, así como la prevista creación de una “fuerza de intervención rápida”
por parte de varios países miembros de la OTAN, aumenta aún más si cabe la trascendencia
del conflicto en aquel país.
·
El
ascenso del militarismo japonés con el actual gobierno de Shinzo Abe, que
pretende reformar la
Constitución para permitir que el ejército de aquel país
pueda intervenir en el extranjero y acudir en ayuda de algún aliado es
sumamente preocupante. Sobre todo, teniendo en cuenta que Japón es el principal
aliado de EEUU en la región de Asia-Pacífico y que precisamente en aquella zona
están teniendo lugar frecuentes enfrentamientos entre China y otros países del
área, a consecuencia de disputas territoriales sobre diversas islas.
·
La
ampliación de la OCS
(Organización de Cooperación de Shanghai),con la reciente incorporación a la
misma de India y Pakistán, y la previsible próxima entrada en la misma de Irán,
una vez que este país ya ha firmado el acuerdo sobre su programa nuclear.
·
La
creciente intervención militar de Turquía en Siria e Irak, con el pretexto de
luchar contra el EI (Estado Islámico), pero que en realidad está sirviendo para
atacar a la guerrilla kurda del PKK en Irak y a las YPG (Unidades de Protección
Popular) en Siria, mostrando claramente su intención de convertirse en una
potencia regional. Y Turquía es un importante miembro de la OTAN.
3.- ¿Qué hacer en
esta nueva coyuntura?
Indudablemente, en la coyuntura actual, la tarea principal de los comunistas vascos
continúa siendo la de crear las condiciones ideológicas, políticas y
organizativas para la construcción del partido revolucionario de la clase
obrera en Euskal Herria.
Pero nuestro trabajo no se puede circunscribir únicamente
al terreno teórico, a la difusión del marxismo, sino que debemos ser capaces de
aprovechar cada situación concreta para desarrollar una labor de educación
política estrechamente vinculada con la realidad (social, económica y política),
con los problemas cotidianos, con las aspiraciones más sentidas por la clase
obrera y el pueblo trabajador.
En ese sentido, en la coyuntura actual, se impone
centrarnos en la defensa del derecho a
la autodeterminación para todas las naciones sometidas al Estado español.
Sin que este derecho básico sea reconocido de forma explícita, sin ambages ni
subterfugios, no tendrá validez ninguna pretendida reforma constitucional.
Por otra parte, a la vista de la evolución de la UE y su efecto restrictivo sobre
la soberanía de sus Estados miembros, y teniendo en cuenta las aspiraciones “europeístas”
de buena parte de la burguesía vasca, incluida la pequeña burguesía
representada por EH Bildu, también es necesario impulsar una campaña en contra de la pertenencia de
Euskal Herria a la UE.
Por último, ante el creciente peligro de guerra y
considerando el papel que desempeña la
OTAN como gendarme del imperialismo norteamericano y europeo,
es imprescindible vincular la lucha
contra la UE a la
movilización contra la OTAN
y por el desmantelamiento de las bases militares norteamericanas en suelo
europeo.
NOTAS
1.- Ninguna de estas fuerzas plantea con claridad ningún
tipo de estrategia, de programa, de métodos de lucha para el “cambio político”
que propugnan, ni define quien habría de ser el sujeto del mismo, la clase o
clases y sectores sociales interesados en dicho cambio, etc., limitándose a
hablar, en abstracto, de “la gente”, “la ciudadanía”, etc.
2.- En el Estado español no existe, actualmente, un ala de
“izquierda” de la socialdemocracia, que pudiera equivaler a lo que fue el
llamado sector “caballerista” del PSOE en la época de la II República.
3.- Ver Llamamiento para candidaturas unitarias por
un nuevo tiempo político en la comunidad autónoma vasca y en la comunidad foral
de Navarra. http://candidaturaunitaria.eus/es/Manifiesto
4.- En un próximo artículo, trataremos sobre la cuestión
de la deuda griega y el desarrollo de los acontecimientos en aquel país, con la
perspectiva que nos da el tiempo transcurrido. Aunque los acontecimientos están
aún relativamente recientes, era necesario y conveniente esperar algún tiempo
para así tener una visión de conjunto del desarrollo del proceso de negociaciones
entre el gobierno griego y la “troika”, a fin de no sacar conclusiones
precipitadas.