lunes, 18 de noviembre de 2019

BOLIVIA. LA HORA DE LA VERDAD


Una vez más, la cruda y sangrante realidad, la insistencia machacona de los hechos, esta vez en Bolivia, han vuelto a poner en evidencia que:

1.- A pesar de la importancia práctica real que puedan llegar a tener las conquistas sociales logradas por el pueblo trabajador con un gobierno reformista, la situación creada es sumamente inestable, de una gran fragilidad.

2.- La incapacidad de los reformistas para organizar y armar a las masas con objeto de defender por sí mismas las conquistas logradas, ha propiciado en Bolivia la situación que estamos viviendo estos días. Pero esto no es nuevo, sino que esa misma incapacidad, ese temor que podríamos calificar de actitud suicida, ya se ha mostrada en otras ocasiones en diversos lugares de América Latina y del resto del planeta.

3.- Estos mismos hechos también nos vienen a confirmar, una vez más, que en todos los países resulta imperioso que la clase obrera y el pueblo trabajador se doten de un instrumento político-organizativo, un partido revolucionario, un verdadero partido comunista que sea capaz de ponerse a la cabeza de la clase obrera y las masas populares, dirigiéndolos en la revolución socialista hacia el derrocamiento de la burguesía y la toma del poder.

En estos momentos en los que asistimos con dolor e impotencia a los acontecimientos que están teniendo lugar en Bolivia, tras el golpe de Estado organizado por la oligarquía financiera-terrateniente, con el apoyo del imperialismo yanqui, el gobierno reaccionario de Brasil y la OEA; queremos expresar nuestro más sincero apoyo al pueblo de Bolivia, a los obreros y campesinos, así como a las comunidades indígenas, en su lucha contra las fuerzas golpistas reaccionarias; aunque no así a quienes con su incapacidad e ineptitud reformista han propiciado esta situación. 


                 GORA BOLIVIA ASKATUTA ETA SOZIALISTA!!

martes, 5 de noviembre de 2019

INTERNACIONALISMO PROLETARIO Y PATRIOTISMO REVOLUCIONARIO


¿Pueden los comunistas vascos y catalanes, así como los del resto de naciones oprimidas por el Estado español, sin renegar del internacionalismo proletario y sin caer en el seguidismo al nacionalismo pequeñoburgués, además de defender el Derecho de Autodeterminación para sus respectivas naciones, abogar por la creación de un Estado propio?

Evidentemente, si hiciésemos una lectura superficial e irreflexiva de los textos de Lenin, diríamos tajantemente que NO. Sin embargo, esta cuestión no es tan fácil de zanjar como parece.