Es frecuente
que sobre esta cuestión se susciten controversias entre los comunistas.
Generalmente porque se parte de posiciones cerradas, apriorísticas y
dogmáticas. Por ejemplo, teóricamente, ningún comunista rechazará el derecho de
autodeterminación para cualquier nación oprimida. Sin embargo, muchas veces, en
la práctica, a la hora de defenderlo, se suele plantear como alternativa a la
posibilidad de crear un Estado independiente, la conveniencia de optar por una
organización territorial del Estado de tipo federal. Y eso ocurre también entre
los y las comunistas del Estado español, incluso entre los vascos.
Sin embargo, muchos y muchas comunistas ven con recelo que
desde posiciones marxistas se pueda abogar por la creación de un Estado vasco
independiente ya que se considera que esa es una posición ideológica y política
nacionalista. Pero nada más lejos de la realidad. Sobre esta cuestión, Lenin
decía:
“El centro de gravedad de la
educación internacionalista de los obreros de los países opresores tiene que
estar necesariamente en la prédica y en la defensa de la libertad de separación
de los países oprimidos. De otra manera, no
hay internacionalismo… Y, a la inversa, el socialdemócrata de una nación
pequeña debe tomar como centro de gravedad de sus campañas de agitación la primera palabra de nuestra fórmula
general: “unión voluntaria” de las
naciones. Sin faltar a sus deberes de internacionalista, puede pronunciarse tanto a favor de la independencia política
de su nación como a favor de su incorporación al Estado vecino X, Y, Z, etc.
Pero deberá luchar en todos los casos contra la estrechez de criterio, el
aislamiento, el particularismo de pequeña nación, por que se tenga en cuenta lo
total y lo general, por la supeditación de los intereses de lo particular a los
intereses de lo general.”
[1].
Desde SUGARRA
defendemos el Derecho de Autodeterminación para Euskal Herria, al igual que
para Catalunya, Galizia y cualquier otro pueblo o nación oprimida tanto por el
Estado español como por cualquier otro Estado. En el caso de Euskal Herria, a
su vez, propugnamos la construcción de un Estado
Socialista Vasco.
En lo que se refiere al ejercicio del Derecho de Autodeterminación, contemplamos la posibilidad de que
éste pudiera llegar a ejercerse en varios escenarios. Bien como producto de un
cambio político que se produjera a nivel del Estado español, como consecuencia
de un proceso revolucionario o de un amplio movimiento de ruptura
democrático-radical (por ejemplo, la proclamación de la república); de un
proceso de reforma constitucional en un sentido democrático, tras una posible
victoria electoral de una coalición democrático reformista, escenario también
muy poco probable, dadas las posiciones intransigentemente unitaristas de la socialdemocracia
española; o de un amplio movimiento democrático nacional en la propia Hego Euskal
Herria que llegase a promover un referéndum de autodeterminación para, posteriormente,
impulsar una declaración unilateral de independencia.
En el primero de los casos, el del hipotético triunfo de
un movimiento revolucionario en el Estado español, el más improbable hoy por
hoy, consideramos que los comunistas vascos tendríamos que valorar si sería
conveniente o no el defender una unión libre y voluntaria del Sur de Euskal
Herria con el Estado español, teniendo en cuenta los intereses generales
(políticos, económicos, sociales, estratégicos, etc.) de la Revolución mundial.
De cualquier manera, también pensamos que de plantearse esa
unión libre y voluntaria no convendría que fuese bajo una fórmula federal ya
que en este tipo de organización territorial del Estado, el gobierno federal
mantendría un derecho de inspección
sobre los Estados miembros de la Federación lo que le daría una cierta capacidad para decidir y, en caso necesario,
intervenir en ellos para mantener y
garantizar la “seguridad” de la Federación [2].
En definitiva, que se trataría de una organización
territorial no muy diferente a la que existe actualmente en el “Estado de las
autonomías”. Y esta es una cosa que nunca han explicado los defensores de la
“federalización” del Estado español. Es
por ello que consideramos que la
“solución federal” no sería válida y por ello defendemos que el tipo de
unión posible sería aquella que respetase plenamente la soberanía nacional de
Euskal Herria.
En el resto de los casos, nos encontraríamos ante diversos
posibles escenarios en los que el ejercicio del Derecho de Autodeterminación podría
llegar a ejercerse, sin que se hubiese producido un cambio revolucionario en el
Estado español, es decir, en las condiciones socioeconómicas y políticas del
Estado capitalista.
Teniendo en cuenta que la dominación de la burguesía se
apoya en la indisoluble unidad del Estado español y, por tanto, en la opresión
sobre las distintas naciones sometidas a él (Catalunya, Euskal Herria y
Galizia), consideramos que en estos casos la postura correcta sería la de
abogar por su independencia. En el caso concreto de Hego Euskal Herria, consideramos
que también habría que hacerlo aunque de
ello no se derivase inmediatamente la construcción de un Estado Socialista
Vasco. Pensamos que de esta manera se destruiría la cohesión interna del
propio armazón jurídico-político en que se sustenta el capitalismo español y
ello favorecería la lucha por el socialismo en el conjunto del Estado.
En Catalunya ya está en marcha un proceso hacia la
declaración unilateral de independencia. En Euskal Herria el proceso está aún
más retrasado dado que el apoyo a la realización de una consulta (aunque ésta
no tuviese un carácter legal) todavía no es mayoritario. Y en el caso de
Galizia, todo parece indicar que el movimiento soberanista está aún poco
desarrollado.
La importancia que tienen las tres naciones para el
capitalismo español es vital y su independencia, aunque a corto plazo no
significase la construcción de un poder revolucionario en ninguna de ellas,
favorecería la creación de unas condiciones más propicias que, sin duda alguna,
agudizarían mucho más la crisis política y acelerarían el proceso
revolucionario en las distintas zonas del Estado.
La independencia de Hego Euskal
Herria y de Catalunya, representaría para el Estado español la pérdida de un
26.7% del PIB (datos de 2015), del 22.14% de su población (datos de 2015) y del
9.85% de su territorio. También habría que tener en cuenta la situación geoestratégica
de ambas naciones, situadas a caballo entre la península y el continente; una,
Euskal Herria abierta al Atlántico, al norte de Europa y a América; y la otra,
Catalunya, abierta al Mediterráneo, al norte de África y a Asia Menor; así como
la gran tradición industrial y mercantil de ambas.
Si a esto añadimos la posible
independencia de Galizia, la otra nación histórica sometida por el Estado
español, abierta también al Atlántico y fronteriza con Portugal, tendríamos que
la pérdida total del PIB se elevaría al 31.92%, la de población a un 28.00% y
la de territorio a un 15.71%. No hace falta ser muy inteligente para darse
cuenta del brutal golpe que todo ello representaría para la economía española y
la estabilidad política. Por ello nos podemos hacer una idea de por qué la gran
burguesía española y sus lacayos defienden con tanto ahínco la “unidad de
España”.
Es por eso que los comunistas no debemos temer la posible independencia
de las naciones sojuzgadas por el capitalismo español y su Estado. Sólo la clase
dominante, la gran burguesía, y los reformistas pueden temer la posible
independencia de Euskal Herria y del resto de naciones oprimidas, porque ello
puede suponer el fin de la explotación social de aquella y de los privilegios
de que hoy gozan estos últimos.
En cualquier caso, los comunistas debemos trabajar sin
descanso para que la clase obrera y el pueblo trabajador de cada una de estas
naciones se pongan al frente de los distintos procesos de liberación nacional,
aprovechando las condiciones sociales, económicas y políticas que se puedan ir
creando, para orientar cada uno de dichos procesos hacia la revolución
proletaria y el socialismo.
Para concluir, decimos que al igual que nos diferenciamos
de quienes se autoproclaman comunistas y no apoyarían la posible independencia
de Euskal Herria, también nos diferenciamos de los nacionalistas, incluidos los
de izquierda que, en cualquier circunstancia, incluso en las condiciones del
triunfo de un movimiento revolucionario en el conjunto del Estado español, abogan
por la independencia y ni siquiera contemplan la posibilidad de unirse, de
forma libre y voluntaria, con los otros pueblos actualmente sometidos por aquel,
siempre que se garantice el pleno respeto a nuestra soberanía.
NOTAS
1.- V. I. Lenin. “Balance de la discusión sobre la
autodeterminación”. O.E. 12 tomos. T-6. Pág. 21. Ediciones Progreso. Moscú,
1973.
2.- Ver: Carl Schmitt.: “Teoría
de la Constitución”. Conceptos fundamentales de una Teoría constitucional de la
Federación. Alianza Universidad Textos, Madrid, 2003. Págs. 351 y 352.