lunes, 16 de mayo de 2016

AUTODETERMINACIÓN Y RUPTURA DEL ESTADO



Es frecuente que sobre esta cuestión se susciten controversias entre los comunistas. Generalmente porque se parte de posiciones cerradas, apriorísticas y dogmáticas. Por ejemplo, teóricamente, ningún comunista rechazará el derecho de autodeterminación para cualquier nación oprimida. Sin embargo, muchas veces, en la práctica, a la hora de defenderlo, se suele plantear como alternativa a la posibilidad de crear un Estado independiente, la conveniencia de optar por una organización territorial del Estado de tipo federal. Y eso ocurre también entre los y las comunistas del Estado español, incluso entre los vascos.

Sin embargo, muchos y muchas comunistas ven con recelo que desde posiciones marxistas se pueda abogar por la creación de un Estado vasco independiente ya que se considera que esa es una posición ideológica y política nacionalista. Pero nada más lejos de la realidad. Sobre esta cuestión, Lenin decía:

“El centro de gravedad de la educación internacionalista de los obreros de los países opresores tiene que estar necesariamente en la prédica y en la defensa de la libertad de separación de los países oprimidos. De otra manera, no hay internacionalismo… Y, a la inversa, el socialdemócrata de una nación pequeña debe tomar como centro de gravedad de sus campañas de agitación la primera palabra de nuestra fórmula general: “unión voluntaria” de las naciones. Sin faltar a sus deberes de internacionalista, puede pronunciarse tanto a favor de la independencia política de su nación como a favor de su incorporación al Estado vecino X, Y, Z, etc. Pero deberá luchar en todos los casos contra la estrechez de criterio, el aislamiento, el particularismo de pequeña nación, por que se tenga en cuenta lo total y lo general, por la supeditación de los intereses de lo particular a los intereses de lo general.” [1].

Desde SUGARRA defendemos el Derecho de Autodeterminación para Euskal Herria, al igual que para Catalunya, Galizia y cualquier otro pueblo o nación oprimida tanto por el Estado español como por cualquier otro Estado. En el caso de Euskal Herria, a su vez, propugnamos la construcción de un Estado Socialista Vasco.

En lo que se refiere al ejercicio del Derecho de Autodeterminación, contemplamos la posibilidad de que éste pudiera llegar a ejercerse en varios escenarios. Bien como producto de un cambio político que se produjera a nivel del Estado español, como consecuencia de un proceso revolucionario o de un amplio movimiento de ruptura democrático-radical (por ejemplo, la proclamación de la república); de un proceso de reforma constitucional en un sentido democrático, tras una posible victoria electoral de una coalición democrático reformista, escenario también muy poco probable, dadas las posiciones intransigentemente unitaristas de la socialdemocracia española; o de un amplio movimiento democrático nacional en la propia Hego Euskal Herria que llegase a promover un referéndum de autodeterminación para, posteriormente, impulsar una declaración unilateral de independencia.

En el primero de los casos, el del hipotético triunfo de un movimiento revolucionario en el Estado español, el más improbable hoy por hoy, consideramos que los comunistas vascos tendríamos que valorar si sería conveniente o no el defender una unión libre y voluntaria del Sur de Euskal Herria con el Estado español, teniendo en cuenta los intereses generales (políticos, económicos, sociales, estratégicos, etc.) de la Revolución mundial.

De cualquier manera, también pensamos que de plantearse esa unión libre y voluntaria no convendría que fuese bajo una fórmula federal ya que en este tipo de organización territorial del Estado, el gobierno federal mantendría un derecho de inspección sobre los Estados miembros de la Federación lo que le daría una cierta  capacidad para decidir y, en caso necesario, intervenir en ellos para  mantener y garantizar la “seguridad” de la Federación [2].

En definitiva, que se trataría de una organización territorial no muy diferente a la que existe actualmente en el “Estado de las autonomías”. Y esta es una cosa que nunca han explicado los defensores de la “federalización” del Estado español.  Es por ello que consideramos que la “solución federal” no sería válida y por ello defendemos que el tipo de unión posible sería aquella que respetase plenamente la soberanía nacional de Euskal Herria.

En el resto de los casos, nos encontraríamos ante diversos posibles escenarios en los que el ejercicio del Derecho de Autodeterminación podría llegar a ejercerse, sin que se hubiese producido un cambio revolucionario en el Estado español, es decir, en las condiciones socioeconómicas y políticas del Estado capitalista.

Teniendo en cuenta que la dominación de la burguesía se apoya en la indisoluble unidad del Estado español y, por tanto, en la opresión sobre las distintas naciones sometidas a él (Catalunya, Euskal Herria y Galizia), consideramos que en estos casos la postura correcta sería la de abogar por su independencia. En el caso concreto de Hego Euskal Herria, consideramos que también habría que hacerlo aunque de ello no se derivase inmediatamente la construcción de un Estado Socialista Vasco. Pensamos que de esta manera se destruiría la cohesión interna del propio armazón jurídico-político en que se sustenta el capitalismo español y ello favorecería la lucha por el socialismo en el conjunto del Estado.

En Catalunya ya está en marcha un proceso hacia la declaración unilateral de independencia. En Euskal Herria el proceso está aún más retrasado dado que el apoyo a la realización de una consulta (aunque ésta no tuviese un carácter legal) todavía no es mayoritario. Y en el caso de Galizia, todo parece indicar que el movimiento soberanista está aún poco desarrollado.

La importancia que tienen las tres naciones para el capitalismo español es vital y su independencia, aunque a corto plazo no significase la construcción de un poder revolucionario en ninguna de ellas, favorecería la creación de unas condiciones más propicias que, sin duda alguna, agudizarían mucho más la crisis política y acelerarían el proceso revolucionario en las distintas zonas del Estado.

La independencia de Hego Euskal Herria y de Catalunya, representaría para el Estado español la pérdida de un 26.7% del PIB (datos de 2015), del 22.14% de su población (datos de 2015) y del 9.85% de su territorio. También habría que tener en cuenta la situación geoestratégica de ambas naciones, situadas a caballo entre la península y el continente; una, Euskal Herria abierta al Atlántico, al norte de Europa y a América; y la otra, Catalunya, abierta al Mediterráneo, al norte de África y a Asia Menor; así como la gran tradición industrial y mercantil de ambas.

Si a esto añadimos la posible independencia de Galizia, la otra nación histórica sometida por el Estado español, abierta también al Atlántico y fronteriza con Portugal, tendríamos que la pérdida total del PIB se elevaría al 31.92%, la de población a un 28.00% y la de territorio a un 15.71%. No hace falta ser muy inteligente para darse cuenta del brutal golpe que todo ello representaría para la economía española y la estabilidad política. Por ello nos podemos hacer una idea de por qué la gran burguesía española y sus lacayos defienden con tanto ahínco la “unidad de España”.

Es por eso que los comunistas no debemos temer la posible independencia de las naciones sojuzgadas por el capitalismo español y su Estado. Sólo la clase dominante, la gran burguesía, y los reformistas pueden temer la posible independencia de Euskal Herria y del resto de naciones oprimidas, porque ello puede suponer el fin de la explotación social de aquella y de los privilegios de que hoy gozan estos últimos. 

En cualquier caso, los comunistas debemos trabajar sin descanso para que la clase obrera y el pueblo trabajador de cada una de estas naciones se pongan al frente de los distintos procesos de liberación nacional, aprovechando las condiciones sociales, económicas y políticas que se puedan ir creando, para orientar cada uno de dichos procesos hacia la revolución proletaria y el socialismo.

Para concluir, decimos que al igual que nos diferenciamos de quienes se autoproclaman comunistas y no apoyarían la posible independencia de Euskal Herria, también nos diferenciamos de los nacionalistas, incluidos los de izquierda que, en cualquier circunstancia, incluso en las condiciones del triunfo de un movimiento revolucionario en el conjunto del Estado español, abogan por la independencia y ni siquiera contemplan la posibilidad de unirse, de forma libre y voluntaria, con los otros pueblos actualmente sometidos por aquel, siempre que se garantice el pleno respeto a nuestra soberanía.


NOTAS

1.- V. I. Lenin. “Balance de la discusión sobre la autodeterminación”. O.E. 12 tomos. T-6. Pág. 21. Ediciones Progreso. Moscú, 1973.

2.- Ver: Carl Schmitt.: “Teoría de la Constitución”. Conceptos fundamentales de una Teoría constitucional de la Federación. Alianza Universidad Textos, Madrid, 2003. Págs. 351 y 352.