Hemos
leído con detenimiento la crítica que hacen los compañeros-as de Herri Gorri a
un reciente artículo publicado por SUGARRA,
bajo el título “EL RÉGIMEN DEL 78 Y LA LUCHA POR EL SOCIALISMO” (12-12-2017) y, aunque no es
nuestra forma de llevar a cabo el debate ideológico y político, nos hemos
creído en la obligación de dar una respuesta pública a dicha crítica.
En primer
lugar, Herri Gorri afirma que:
“El Régimen del 78, indudablemente
representa una “continuidad” reformada del Régimen franquista. Pero una
continuidad que implica una diferenciación de Regímenes, es decir, no es lo
mismo el Régimen del 78, que el Régimen fascista”…
Sin
embargo, a continuación, en el mismo párrafo, sostienen lo siguiente:
….Que hubieran cambiado
“simplemente las formas fascistas de dominación, por las
democrático-parlamentarias”, tal y como expresa SUGARRA, ya implicaría una
diferencia de identidades entre ambos regímenes cualitativas, incluso partiendo
de la evidencia que el Régimen del 78, ha desarrollado prácticas fascistas de
represión, guerra sucia y control de los medios de comunicación. [1].
Con lo
que, implícitamente, dan a entender que realmente no se ha producido un cambio
sustancial (cualitativo) en la forma de dominación de la gran burguesía
española, contradiciéndose así con lo dicho por ellos mismos… y ¡en el mismo
párrafo!
Pero no
es esta la única contradicción en la que incurre Herri Gorri. También sucede lo
mismo a la hora de definir lo que consideran la contradicción principal. Así,
en el mismo artículo, asumen lo correcto del planteamiento de SUGARRA sobre esta cuestión, diciendo
que:
“SUGARRA a continuación, apunta lo
obvio: “tanto en el período franquista como en la época actual, la
contradicción principal fue y sigue siendo la que enfrenta a la clase obrera y
a las masas trabajadoras de los distintos territorios, pueblos o naciones que
configuran el Estado español, con la gran burguesía…” y no podemos más que
señalar la verdad de esta aseveración. Efectivamente, ambos regímenes son
capitalistas, por tanto la contradicción principal se articula en torno al
antagonismo capital-trabajo y por ello la lucha de clases es motor de la
historia.” [2].
Mientras
que en otro artículo publicado unos días antes, afirmaban que:
“Consideramos que nos encontramos
en una coyuntura excepcional, en la que la contradicción principal y
determinante, se encuentra entre apoyo activo o pasivo al Régimen del 78 o
construir una referencialidad democrática en la que diferentes proyectos
políticos e ideológicos, se unan frente a un enemigo común. Sin libertades
fundamentales -incluso democrático-burguesas- no hay espacio para la
construcción de una alternativa de transformación política y social.” [3].
Pero es
que, además, en este artículo que acabamos de citar, también confundían el
concepto de contradicción, que tiene
un carácter objetivo (pues es
independiente de nuestra voluntad) con lo que podría ser o bien una postura,
una actitud, de apoyo al Régimen del 78 o una táctica o estrategia política
para acabar con él, que tienen un carácter
subjetivo (pues sí dependen de nuestra voluntad).
Más
adelante, en su crítica, refiriéndose a SUGARRA,
afirman que:
“…cometen dos errores
fundamentales. El primero de ellos, no realizar una caracterización correcta
del Régimen del 78, y el segundo, confundir el carácter abstracto-formal de la
definición del capitalismo, con el capitalismo como formación económico-social
concreta.”
En
cuanto a su primera afirmación, consideramos que por parte de SUGARRA está suficientemente definida
(aunque sea de forma breve), la naturaleza del “régimen del 78”, y lo está en relación con
su base económica concreta, de la cual dicho “régimen” constituye su
superestructura jurídico-política:
“…la democracia parlamentaria es
la forma que, en determinadas condiciones, adopta la dictadura de la burguesía;
y que, en el caso concreto del llamado “régimen del 78”, la democracia autoritaria
(limitada o restringida) que existe en el Estado español es la forma
jurídico-política que responde a la existencia de una base económica débil, con
un escaso nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, y que ocupa una
posición subordinada en el conjunto del bloque imperialista occidental
(UE/EEUU).” [4].
De ahí que tampoco se sostenga su segunda
afirmación, pues aunque de forma breve, eso sí, en el mismo párrafo que
acabamos de citar también se realiza una caracterización del capitalismo español,
es decir, no del capitalismo como modo de producción en abstracto, sino de la
formación económica y social española, en concreto, al resaltar sus rasgos
específicos más importantes.
Además, Herri Gorri pone en boca de SUGARRA
un tipo de razonamiento que en ningún momento hemos desarrollado, cuando afirma
que:
“En el contexto en el que nos
encontramos, no existe “el capitalismo” por un lado y el Régimen del 78 por
otro, no son “esencia y apariencia”, o “forma y contenido”, siguiendo con la
terminología un tanto peculiar de SUGARRA.” [5].
Aquí,
Herri Gorri manipula una parte de nuestro artículo, tratando de reducirlo al
absurdo para encajar su interpretación distorsionada del mismo. Por eso,
reproducimos a continuación los párrafos a los que nos referimos y que,
posteriormente, comentaremos:
“El marxismo-leninismo nos enseña a profundizar en
el estudio para conocer la realidad. Sólo así estaremos en condiciones de poder
transformarla en un sentido revolucionario. Y ello nos obliga a tomar en
consideración tanto la forma como el contenido de las cosas y tanto su apariencia como su esencia…
… De ahí que no debamos dejarnos guiar sólo por las
apariencias, que no debamos desviar la dirección de nuestra lucha hacia
objetivos que, aunque puedan parecernos relativamente importantes, no por ello
dejan de ser secundarios en la lucha revolucionaria por el socialismo. Por
ello, debemos centrarnos en la contradicción principal y hacer todo lo posible por superarla.” [6].
En primer lugar, los compañeros-as de Herri Gorri
deberían conocer ya la utilidad de las categorías del Materialismo Dialéctico,
como conceptos generales que son, para facilitar el análisis de la realidad,
tanto de la naturaleza como de la sociedad. Pero no parece que sea así, cuando
lo consideran como “la terminología un tanto peculiar de SUGARRA”, pareciendo extrañarse
de que usemos dichas categorías en nuestros análisis.
Aclarado esto, habría que hacer
referencia a porqué las empleamos en este caso concreto, por si no lo hubiesen
entendido. El Estado viene definido por una serie de rasgos: su naturaleza o contenido (carácter de clase, en el caso que nos ocupa, burgués o
proletario), sus funciones
(instrumento de dominación o de represión en manos de una clase), forma (republicana o monárquica, con
sus diversas gradaciones y variantes) y estructura
(organización territorial, con sus variantes de Estado unitario, más o menos
descentralizado y Estado compuesto, con una organización federal, confederal,
etc.).
Pero, cuando nos referimos a su
naturaleza, es decir, a su carácter de clase, también podemos ver que su contenido (su esencia) puede ser el de
una dictadura burguesa o una dictadura proletaria. Y, en el
caso de la primera, es decir, de la dictadura burguesa, puede darse bajo
diversas formas, desde una dictadura fascista a una democracia parlamentaria,
con todas sus gradaciones, en función de su forma de gobierno.
El hecho de que nos encontremos en país capitalista
ya implica que su Estado es un Estado burgués y por medio de él se mantiene una
dictadura burguesa. Luego, independientemente de la forma (más o menos democrática) que pueda tener dicho
Estado, lo esencial es su contenido, su carácter de clase. Pero, verdaderamente, ¿es
necesario explicar todo esto, que es el ABC del marxismo, a los compañeros de
Herri Gorri, para que puedan entender lo que queremos decir en nuestro
artículo? ¿Tan complicado resulta
comprenderlo?
El que
podamos considerar, por separado, los dos aspectos de una contradicción, como
pueden ser la que existe entre la base económica de la sociedad y su
superestructura jurídico-política, no supone más que una operación de análisis
de sus elementos constitutivos que, por otra parte, se encuentran
dialécticamente unidos y no metafísicamente separados, como sugiere Herri Gorri.
Por lo que, al parecer, no pretenden más que embarullar y oscurecer nuestro
razonamiento para basar en ello sus críticas.
Pero es que, además, en el siguiente párrafo de
nuestro artículo, se profundiza más en la caracterización de la formación económica
y social capitalista española, definiendo su ámbito de acumulación
(valorización) del capital, en relación con el carácter “indivisible” de su
Estado:
“En estas condiciones, la clase
dominante, la gran burguesía española, tiene que hacer cada vez mayores
esfuerzos por mantener cohesionado un Estado que se basa en la unión forzosa de
todos los pueblos y naciones que hasta ahora lo conforman, porque la “unidad
territorial” es el ámbito en el que tiene lugar el proceso de acumulación
capitalista y la condición imprescindible para que éste continúe
desarrollándose.” [7].
Al final
del texto de Herri Gorri lanzan una serie de consignas entre las que nos ha
resultado especialmente chocante:
Hacia
la autodeterminación Socialista!!!
Hacia
el Socialismo como alternativa política, ideológica y económica!!! [8].
¿Qué
pretenden los compañeros-as de Herri Gorri al lanzar estas consignas? ¿acaso
qué no es posible ejercer el derecho democrático de la autodeterminación hasta
que la naturaleza del Estado español sea socialista y así concedernos a Euskal
Herria, entre otros pueblos sojuzgados, el derecho de autodeterminación? Nos
gustaría que nos aclararan este punto. Y ya de paso que entienden por
Socialismo, si para ellos es meramente una “alternativa política, ideológica y
económica” más dentro de las “posibles”.
Por
último, queremos hacer una breve consideración sobre la crítica y la
autocrítica. En SUGARRA siempre
hemos sido partidarios de la crítica y la autocrítica, del debate ideológico y
político, porque los entendemos como un medio (el más apropiado), para aclarar
posiciones, para corregir errores, para superar contradicciones y para
favorecer el entendimiento y la colaboración en el seno del pueblo trabajador.
Pero,
una crítica mal realizada, lejos de contribuir a todo esto, puede tener el
efecto contrario al deseado y servir para agudizar unas contradicciones que,
por darse en el seno del pueblo trabajador, no debieran tener un carácter
antagónico. Y eso sucede, por ejemplo, cuando la crítica se convierte en un
anatema que busca la descalificación de
quien es criticado-a. ¿Qué podríamos decir de la crítica que nos ha hecho Herri
Gorri donde, entre otras cosas, nos califica poco menos que de doctrinarios,
sectarios, ultraizquierdistas, nacionalistas esencialistas, trostquistas, etc.,
etc.?
Y con
esto damos por concluida nuestra respuesta pues, como hemos dicho más
arriba, no es esta nuestra forma de plantear las críticas y los debates.
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NOTAS
1.- Ver el artículo de Herri
Gorri: “SUGARRA Y SU ARTICULO “EL REGIMEN DEL 78 Y LA LUCHA POR EL SOCIALISMO” de
(15-12-2017).
2.- Idem.
3.- Ver el artículo de Herri Gorri:
“POSICION DE GKB, EKB Y HERRI GORRI ANTE LA “CONFLUENCIA POLITICA INTERNACIONALISTA POR LARUPTURA CON EL REGIMEN DEL 78” de (5-12-2017).
4.- Ver: “El Régimen del 78” y la lucha por el socialismo”. SUGARRA (12-12.2017).
5.-
“SUGARRA Y SU ARTICULO “EL REGIMEN DEL 78 Y LA LUCHA POR EL SOCIALISMO” de Herri Gorri
(15-12-2017).
6.-
“El Régimen del 78” y la lucha por el socialismo”. SUGARRA (12-12.2017).
7.-
Idem.
8.-
“SUGARRA Y SU ARTICULO “EL REGIMEN DEL 78 Y LA LUCHA POR EL SOCIALISMO” de Herri Gorri
(15-12-2017).