Resulta
significativo que desde los distintos medios de comunicación se haya presentado
el resultado del referéndum del pasado 23 de junio en el Reino Unido, en el que
la opción de abandonar la UE ha resultado mayoritaria, únicamente como el
triunfo de la extrema derecha, de las posiciones más xenófobas y
ultranacionalistas.
Sin
embargo, nada más lejos de la realidad. Dicho resultado obedece a causas más
profundas, a contradicciones internas del propio capitalismo europeo, que
también han llevado a un sector de la izquierda británica a posicionarse a
favor de la salida del Reino Unido de la UE. Algunas de esas contradicciones
internas, así como de las debilidades estructurales de la UE, ya han sido
puestas de relieve desde las páginas de SUGARRA
[1].
1.- Las contradicciones internas de la UE
¿Tan
graves son las contradicciones internas de la UE para que una potencia como el
Reino Unido opte por abandonarla? Indudablemente sí. Es evidente que el
desarrollo desigual del capitalismo no es una mera frase hecha, sino que se
manifiesta con toda su crudeza a pesar de las condiciones relativamente
homogéneas que la UE ha ido estableciendo para impulsar todo aquello que
facilitaría tanto la actividad económica capitalista como el tráfico de capitales,
mercancías y mano de obra entre los distintos Estados que la componen.
En ese
sentido, la UE ha ido creando diversas instituciones políticas (la Comisión
Europea y el Parlamento Europeo), económico-financieras (el Banco Central
Europeo), jurídicas (el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas) etc.;
elaborando sistemáticamente el derecho comunitario, tanto el originario (los
Tratados) como el derivado (Reglamentos,
Directivas, Decisiones, Dictámenes, Jurisprudencia del TJCE, etc.);construyendo
infraestructuras (viales, férreas, informáticas, telecomunicaciones, etc.);
homogeneizando los planes de estudios y las titulaciones; etc, etc. Todo ello
dirigido a poner en pie una nueva superpotencia que, hoy por hoy, aún se encuentra
inacabada, en proceso de construcción.
Sin
embargo, al igual que en el interior de cada uno de los Estados miembros crece
y se desarrolla la competencia más descarnada entre las distintas empresas
capitalistas, especialmente entre los sectores monopolistas, en el seno de la
UE también ocurre lo mismo aunque a una escala mayor. Esta competencia adquiere
una mayor virulencia en el caso de las compañías multinacionales que, en
general, cuentan con el apoyo de los Estados en los que se ubican sus empresas
matrices para defender sus intereses particulares en el seno de la Unión.
En su
desenfrenada competencia, las empresas multinacionales también hacen uso de los
“lobbyes” o grupos de presión. En Bruselas, donde se encuentran ubicadas las
sedes de la mayoría de las instituciones y de los centros de decisión de la UE,
trabajan unos 15.000 lobbistas para más de 2000 empresas que han establecido en
la ciudad su representación permanente [2]. Estas empresas (mayoritariamente
financieras, pero también climáticas, farmacéuticas, tecnológicas, energéticas,
etc.) tratan así de influir y/o condicionar, de una u otra manera, las
decisiones que se adoptan tanto en el Parlamento Europeo [3] como en la
Comisión, en un sentido favorable a sus intereses.
La
feroz competencia desarrollada entre los grupos capitalistas europeos por
obtener ventajas especiales, beneficiarse de ayudas comunitarias, así como por
situarse en una mejor posición con respecto al mercado internacional es lo que,
sin duda alguna, ha constituido la motivación real que ha llevado a un
importante sector de la gran burguesía británica [4] a apoyar el brexit, al
considerar que la pertenecía a la UE suponía una traba para la consecución de
sus propios intereses económicos.
No
obstante, a la hora de buscar los apoyos políticos necesarios para la salida
del Reino Unido de la UE, este sector de la gran burguesía británica ha tenido
que recurrir al miedo a un importante aumento de la inmigración, tan aireado
por los sectores más conservadores de la población, y a la pérdida de la
soberanía en una UE cada vez más centralizada y controlada por Alemania. Esto
es, precisamente, lo que ocultan los medios de comunicación.
2.- Posibles efectos del brexit en el Reino
Unido y en la UE.
En el
terreno económico-financiero, el RU ya no estará sujeto a las obligaciones
presupuestarias que impone la UE a los Estados miembros, ni lo estará a la
supervisión de la CE. Las empresas financieras establecidas en la City (bancos,
fondos de inversión, etc.) perderían las facilidades con que hasta ahora
contaban para operar en la UE, y algunos bancos extranjeros (norteamericanos,
japoneses, etc.) establecidos allí, podrían trasladar sus sedes al continente.
Cuando una empresa británica adquiera otra de algún país miembro de la UE,
tendrá unos mayores costes legales, al tener que someterse al dictamen bilateral
británico-comunitario. Para el RU se encarecerían aún más los costes de las
inversiones en estructuras energéticas y las empresas inversoras en el campo de
la energía podrían recabar unos mayores retornos de beneficios por el riesgo
añadido a raíz del brexit [5].
En
Alemania, el paro registrado en el pasado mes de junio fue de 2.16 millones de
desempleados-as (5,9%) [6], Sin embargo, según un estudio realizado por el
Instituto Para la Macroeconomía y la Investigación de Coyuntura (IMK) de la
Fundación Sindical Hans-Böckler Stiftung, en 2017 podría ascender a la cifra de
3 millones de parados-as, como consecuencia del brexit, ya que este país
exportó al Reino Unido por valor de 90.000 millones de euros, en 2015, y ahora
la cifra se podría reducir considerablemente, y el crecimiento económico se
podría reducir en un 0,5% [7].
Por
otra parte, con la salida del Reino Unido de la UE, el imperialismo yanqui ha
perdido su principal valedor en el seno de la Unión, un auténtico “caballo de
Troya” [8] que permitió a EEUU adquirir una creciente influencia económica y
política en la UE. Y ello, a pesar de que los nuevos Estados del centro-este de
Europa que han ido ingresando en la UE son todos pro-norteamericanos.
El
brexit ha hecho que EEUU también haya perdido uno de sus principales apoyos en
la negociación del TTIP con la UE, lo que pone en peligro la continuidad de las
negociaciones que, hasta ahora, se han llevado en el mayor de los secretos.
La
salida del RU de la UE podría provocar también la salida de otros Estados, como
Francia, Holanda y Austria; lo que ha llevado a varios de los dirigentes
comunitarios a exigir que se acelere el brexist para que se materialice cuanto
antes [9].
Esto,
en una Europa cada vez más dividida a consecuencia de la agudización del
problema de los refugiados y el ascenso de las fuerzas de extrema derecha,
defensoras de posiciones xenófobas, y donde la “libre circulación” de personas
se está viendo cada día más restringida, mientras se levantan barreras y
alambradas de espino entre los países comunitarios, que se cierran a cal y
canto.
Especialmente
preocupante es el ascenso del neofascismo en los países del centro y este de
Europa (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia) que conforman el
llamado grupo de Visegrad; que forman un subgrupo dentro de la OTAN y que se
reúnen también como grupo específico en el marco de la UE.
3.- Razones de nuestro rechazo a la UE
Independientemente
de que una fracción de la gran burguesía británica haya tenido poderosas
razones para defender el brexit, la izquierda revolucionaria consecuente no
puede apoyar el actual proceso de integración europea. Ello por varias razones:
a)
La UE
es una potencia imperialista en construcción.
Aunque
digamos esto ahora, no es ninguna novedad. Hace ya un siglo que Lenin se
pronunció sobre la posibilidad de un acuerdo o una alianza entre los Estados
capitalistas europeos, y lo hizo así:
“…Desde el punto de vista de las condiciones económicas del
imperialismo, es decir, de la exportación de capitales y del reparto del mundo
por las potencias coloniales ‘avanzadas’ y ‘civilizadas’, los Estados Unidos de
Europa, bajo el capitalismo, o son imposibles o son reaccionarios..."
“…Desde luego, son posibles acuerdos temporales
entre los capitalistas y entre las potencias. En este sentido son también
posibles los Estados Unidos de Europa, como un acuerdo de los capitalistas
europeos... ¿sobre qué? Sólo sobre el modo de ahogar juntos el socialismo en
Europa,... Sobre la actual base económica, es decir, con el capitalismo, los
Estados Unidos de Europa significarían la organización de la reacción” [10].
De ahí que los-las comunistas no debamos apoyar, bajo ningún concepto,
la consolidación del actual proceso de integración capitalista europeo y
debamos oponernos firmemente a él, porque el “europeísmo” que defienden los
gobiernos burgueses y los reformistas de todo tipo, en realidad, es una nueva
forma de imperialismo.
b)
La UE,
es un corsé de hierro, una poderosa mordaza.
Lo es para cualquier intento de avanzar hacia el socialismo o, incluso,
para cualquier tentativa de impulsar regímenes progresistas. Por ejemplo, en el
marco de la UE, es impensable que un gobierno progresista que pudiera surgir
del triunfo electoral de la izquierda, pudiese llevar a cabo la nacionalización
de cualquier empresa o incluso que tratase de regular la producción, porque
ello iría contra el sacrosanto “derecho de propiedad” y/o contra el “libre
funcionamiento de las leyes del mercado”.
c)
Los
Estados miembros de la Eurozona están aún más limitados.
Su soberanía nacional es aún más reducida y raya en lo ficticio. Al
tener una moneda común, no pueden desarrollar una política monetaria propia
(emitir moneda, fijar la masa monetaria y la cantidad de moneda en circulación,
establecer garantías de depósito, fijar tipos de cambio, etc.), ya que todos
estos aspectos los establece el BCE. Tampoco pueden establecer precios (máximos
o mínimos) ya que ello iría contra el “libre mercado”.
d)
Las
“condiciones de estabilidad” son aún más restrictivas.
Las limitaciones implantadas por la UE sobre la inflación, el límite del
déficit presupuestario [11] y de la deuda pública, la prohibición de las
“ayudas de Estado”, etc. impiden realmente el desarrollo de una política
económica propia. Todos-as nos acordamos del caso de “la crisis de la deuda
soberana” en Irlanda, Portugal, España y, especialmente, en Grecia.
e)
La UE
está estrechamente vinculada a la OTAN.
De hecho, de los 27 Estados miembros de la UE (contando ya con la salida
del RU), únicamente Austria, Irlanda, Finlandia, Suecia, Malta y Chipre, no son
miembros de la alianza militar imperialista capitaneada por EEUU y creada en
tiempos de la “guerra fría” contra la URSS y los antiguos países socialistas.
Una alianza militar que, en los momentos actuales, de creciente
agudización de las contradicciones inter-imperialistas entre los dos bloques,
está llevando a cabo frecuentes y peligrosas provocaciones armadas, organizando
numerosas maniobras militares en las mismas fronteras de Rusia, que vienen a
sumarse a las sanciones económicas decretadas por la UE contra aquel país, en
relación con la autodeterminación de Crimea y la situación en el Donbass. Unas
provocaciones que generan un creciente peligro de enfrentamiento armado entre
ambos bloques.
Recientemente, cazas españoles que realizaban una misión de patrulla, en
el marco de una operación de policía de la OTAN sobre los países bálticos,
interceptaron en varias ocasiones a aviones rusos, y en una de las ocasiones al
avión en el que viajaba el ministro de Defensa de Rusia [12].
4.- Los comunistas
vascos frente a la UE y la OTAN.
En el caso concreto de Euskal
Herria, debemos tener bien claro que un Estado vasco que formase parte de la UE
no dispondría de todos los instrumentos económico-financieros necesarios para
desarrollar una política económica propia y, en la práctica, solo le quedaría
uno muy limitado que es el de la fiscalidad. Un Estado así, por muy “decente”
que fuese, no sería verdaderamente un Estado soberano y ese tipo de Estado no
es el que necesitan la clase obrera y el pueblo trabajador vasco.
Por ello, debemos luchar por el
rechazo de la UE y,
conjuntamente con la clase obrera y los pueblos y naciones de los otros Estados
europeos, trabajar por una Europa socialista
y verdaderamente democrática. Esta
lucha debe ir indisolublemente unida a la lucha por el desmantelamiento de todas las bases militares extranjeras en cada país
europeo y la desaparición de la OTAN.
NOTAS
1.- Ver: “Europa(1945-2014): La cuarta reorganización político-territorial está en marcha”.
Aptdo. 5: “La triple crisis de la UE”. SUGARRA (22-05-2014). Ver también: “Grecia:Una dura lección”. SUGARRA (17-09-2015). Ambos artículos se encuentran
recopilados bajo el título: “Europa en Crisis”.
2.- Ver: Bruselas. El barrio
Europeo. Corporate Europe Observatory (CEO). Bruselas, 2011. Ver también:
“Lobbies Corporativos en la UE”. http://ecologistasenaccion.es/article17899.html
3.- El Parlamento
Europeo tiene dos sedes de reunión: una, en la ciudad de Estrasburgo (Francia)
donde se celebran doce sesiones plenarias, de cuatro días al año, que es la
sede oficial del Parlamento; y otra en Bruselas (Bélgica),
donde se reúnen los comités y los grupos parlamentarios, y se celebran las
sesiones plenarias complementarias. Por otra parte, la Secretaría General del Parlamento
Europeo, y el funcionariado administrativo, tienen su sede en Luxemburgo.
4.- Una gran burguesía, por otra
parte que, desde que el Reino Unido entró a formar parte de la UE (01-01-1973),
ha venido ejerciendo una considerable influencia en ella, contribuyendo a
asentar el liberalismo económico más recalcitrante.
Como
sostiene Bernard Cassen en “El legado británico para Europa” (Le Monde
Diplomatique nº 249 – julio 2016), los distintos gobiernos británicos, ya
fuesen laboristas o conservadores, han seguido una misma línea de actuación
consistente en: eliminar todo tipo de trabas a las fuerzas del mercado, si
fuese necesario exigiendo la derogación de las propias leyes comunitarias, en
especial las de materia social; poner todo tipo de obstáculos a cualquier forma
de unión política y monetaria; y reclamar el mayor beneficio económico posible
por su pertenencia a la UE. Y, desde luego, la influencia del ultraliberalismo
británico se ha ido dejando sentir, paulatinamente, en el marco de la Unión.
Uno de
sus mayores logros, que ha compartido con Alemania, fue el de la ampliación de
la UE hacia los Estados del centro y este de Europa, llevada a cabo entre 2004
y 2007.
5.- Ver: “Las
consecuencias del brexit para el Reino Unido y la UE”. INVERTIA (24-06-2016).
6.- Ver:INVERTIA
(06-07-2016).
7.- Ver: Ingo Niebel.
“Alemania se prepara para las consecuencias del brexit”. GARA (06-07-2016).
8.- El presidente
francés Charles De Gaulle (1890-1970) vetó en dos ocasiones el ingreso del RU
en la CEE debido, precisamente, a su estrecha relación con EEUU. Por eso, la
entrada del RU en la CEE no se produjo hasta 1973, cuando ya había fallecido
aquel.
9.- Idem. Nota 7.
10.- V. I.
Lenin. Publicado por primera vez en Sotsial-Demokrat, nº 44, 23 de agosto de 1915. Recopilado en O.
E. Tomo I. Editorial Progreso. Moscú, 1961. Págs. 685-686.
11.-El Estado español cerró 2015 con un déficit del 5,1% por encima del
PIB (casi 10.000 millones de euros). La CE prevé que para 2016 el déficit sea
del 3,9% y que para 2017 sea del 3,1%. Esto conlleva que la multa que la CE
pueda establecer al Estado español sea de unos 2.200 millones de euros, aproximadamente
el 0,2% del PIB, y que el Estado español se vea obligado a hacer un ajuste
adicional de unos 8.000 millones de euros. La CE está retrasando ambas medidas
hasta después de la formación del nuevo gobierno, tras el 26-J.
12.- Según Europa Press (07-04-2016).