sábado, 9 de julio de 2016

EL BREXIT PROFUNDIZA LA CRISIS DE LA UE



Resulta significativo que desde los distintos medios de comunicación se haya presentado el resultado del referéndum del pasado 23 de junio en el Reino Unido, en el que la opción de abandonar la UE ha resultado mayoritaria, únicamente como el triunfo de la extrema derecha, de las posiciones más xenófobas y ultranacionalistas.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Dicho resultado obedece a causas más profundas, a contradicciones internas del propio capitalismo europeo, que también han llevado a un sector de la izquierda británica a posicionarse a favor de la salida del Reino Unido de la UE. Algunas de esas contradicciones internas, así como de las debilidades estructurales de la UE, ya han sido puestas de relieve desde las páginas de SUGARRA [1].

1.- Las contradicciones internas de la UE

¿Tan graves son las contradicciones internas de la UE para que una potencia como el Reino Unido opte por abandonarla? Indudablemente sí. Es evidente que el desarrollo desigual del capitalismo no es una mera frase hecha, sino que se manifiesta con toda su crudeza a pesar de las condiciones relativamente homogéneas que la UE ha ido estableciendo para impulsar todo aquello que facilitaría tanto la actividad económica capitalista como el tráfico de capitales, mercancías y mano de obra entre los distintos Estados que la componen.

En ese sentido, la UE ha ido creando diversas instituciones políticas (la Comisión Europea y el Parlamento Europeo), económico-financieras (el Banco Central Europeo), jurídicas (el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas) etc.; elaborando sistemáticamente el derecho comunitario, tanto el originario (los Tratados) como el  derivado (Reglamentos, Directivas, Decisiones, Dictámenes, Jurisprudencia del TJCE, etc.);construyendo infraestructuras (viales, férreas, informáticas, telecomunicaciones, etc.); homogeneizando los planes de estudios y las titulaciones; etc, etc. Todo ello dirigido a poner en pie una nueva superpotencia que, hoy por hoy, aún se encuentra inacabada, en proceso de construcción.

Sin embargo, al igual que en el interior de cada uno de los Estados miembros crece y se desarrolla la competencia más descarnada entre las distintas empresas capitalistas, especialmente entre los sectores monopolistas, en el seno de la UE también ocurre lo mismo aunque a una escala mayor. Esta competencia adquiere una mayor virulencia en el caso de las compañías multinacionales que, en general, cuentan con el apoyo de los Estados en los que se ubican sus empresas matrices para defender sus intereses particulares en el seno de la Unión.

En su desenfrenada competencia, las empresas multinacionales también hacen uso de los “lobbyes” o grupos de presión. En Bruselas, donde se encuentran ubicadas las sedes de la mayoría de las instituciones y de los centros de decisión de la UE, trabajan unos 15.000 lobbistas para más de 2000 empresas que han establecido en la ciudad su representación permanente [2]. Estas empresas (mayoritariamente financieras, pero también climáticas, farmacéuticas, tecnológicas, energéticas, etc.) tratan así de influir y/o condicionar, de una u otra manera, las decisiones que se adoptan tanto en el Parlamento Europeo [3] como en la Comisión, en un sentido favorable a sus intereses.

La feroz competencia desarrollada entre los grupos capitalistas europeos por obtener ventajas especiales, beneficiarse de ayudas comunitarias, así como por situarse en una mejor posición con respecto al mercado internacional es lo que, sin duda alguna, ha constituido la motivación real que ha llevado a un importante sector de la gran burguesía británica [4] a apoyar el brexit, al considerar que la pertenecía a la UE suponía una traba para la consecución de sus propios intereses económicos.

No obstante, a la hora de buscar los apoyos políticos necesarios para la salida del Reino Unido de la UE, este sector de la gran burguesía británica ha tenido que recurrir al miedo a un importante aumento de la inmigración, tan aireado por los sectores más conservadores de la población, y a la pérdida de la soberanía en una UE cada vez más centralizada y controlada por Alemania. Esto es, precisamente, lo que ocultan los medios de comunicación.

2.- Posibles efectos del brexit en el Reino Unido y en la UE.

En el terreno económico-financiero, el RU ya no estará sujeto a las obligaciones presupuestarias que impone la UE a los Estados miembros, ni lo estará a la supervisión de la CE. Las empresas financieras establecidas en la City (bancos, fondos de inversión, etc.) perderían las facilidades con que hasta ahora contaban para operar en la UE, y algunos bancos extranjeros (norteamericanos, japoneses, etc.) establecidos allí, podrían trasladar sus sedes al continente. Cuando una empresa británica adquiera otra de algún país miembro de la UE, tendrá unos mayores costes legales, al tener que someterse al dictamen bilateral británico-comunitario. Para el RU se encarecerían aún más los costes de las inversiones en estructuras energéticas y las empresas inversoras en el campo de la energía podrían recabar unos mayores retornos de beneficios por el riesgo añadido a raíz del brexit [5].

En Alemania, el paro registrado en el pasado mes de junio fue de 2.16 millones de desempleados-as (5,9%) [6], Sin embargo, según un estudio realizado por el Instituto Para la Macroeconomía y la Investigación de Coyuntura (IMK) de la Fundación Sindical Hans-Böckler Stiftung, en 2017 podría ascender a la cifra de 3 millones de parados-as, como consecuencia del brexit, ya que este país exportó al Reino Unido por valor de 90.000 millones de euros, en 2015, y ahora la cifra se podría reducir considerablemente, y el crecimiento económico se podría reducir en un 0,5% [7].

Por otra parte, con la salida del Reino Unido de la UE, el imperialismo yanqui ha perdido su principal valedor en el seno de la Unión, un auténtico “caballo de Troya” [8] que permitió a EEUU adquirir una creciente influencia económica y política en la UE. Y ello, a pesar de que los nuevos Estados del centro-este de Europa que han ido ingresando en la UE son todos pro-norteamericanos.

El brexit ha hecho que EEUU también haya perdido uno de sus principales apoyos en la negociación del TTIP con la UE, lo que pone en peligro la continuidad de las negociaciones que, hasta ahora, se han llevado en el mayor de los secretos.

La salida del RU de la UE podría provocar también la salida de otros Estados, como Francia, Holanda y Austria; lo que ha llevado a varios de los dirigentes comunitarios a exigir que se acelere el brexist para que se materialice cuanto antes [9].

Esto, en una Europa cada vez más dividida a consecuencia de la agudización del problema de los refugiados y el ascenso de las fuerzas de extrema derecha, defensoras de posiciones xenófobas, y donde la “libre circulación” de personas se está viendo cada día más restringida, mientras se levantan barreras y alambradas de espino entre los países comunitarios, que se cierran a cal y canto.

Especialmente preocupante es el ascenso del neofascismo en los países del centro y este de Europa (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia) que conforman el llamado grupo de Visegrad; que forman un subgrupo dentro de la OTAN y que se reúnen también como grupo específico en el marco de la UE.

3.- Razones de nuestro rechazo a la UE

Independientemente de que una fracción de la gran burguesía británica haya tenido poderosas razones para defender el brexit, la izquierda revolucionaria consecuente no puede apoyar el actual proceso de integración europea. Ello por varias razones:

a)   La UE es una potencia imperialista en construcción.

Aunque digamos esto ahora, no es ninguna novedad. Hace ya un siglo que Lenin se pronunció sobre la posibilidad de un acuerdo o una alianza entre los Estados capitalistas europeos, y lo hizo así:

“…Desde el punto de vista de las condiciones económicas del imperialismo, es decir, de la exportación de capitales y del reparto del mundo por las potencias coloniales ‘avanzadas’ y ‘civilizadas’, los Estados Unidos de Europa, bajo el capitalismo, o son imposibles o son reaccionarios..."

“…Desde luego, son posibles acuerdos temporales entre los capitalistas y entre las potencias. En este sentido son también posibles los Estados Unidos de Europa, como un acuerdo de los capitalistas europeos... ¿sobre qué? Sólo sobre el modo de ahogar juntos el socialismo en Europa,... Sobre la actual base económica, es decir, con el capitalismo, los Estados Unidos de Europa significarían la organización de la reacción” [10].

De ahí que los-las comunistas no debamos apoyar, bajo ningún concepto, la consolidación del actual proceso de integración capitalista europeo y debamos oponernos firmemente a él, porque el “europeísmo” que defienden los gobiernos burgueses y los reformistas de todo tipo, en realidad, es una nueva forma de imperialismo.

b)   La UE, es un corsé de hierro, una poderosa mordaza.

Lo es para cualquier intento de avanzar hacia el socialismo o, incluso, para cualquier tentativa de impulsar regímenes progresistas. Por ejemplo, en el marco de la UE, es impensable que un gobierno progresista que pudiera surgir del triunfo electoral de la izquierda, pudiese llevar a cabo la nacionalización de cualquier empresa o incluso que tratase de regular la producción, porque ello iría contra el sacrosanto “derecho de propiedad” y/o contra el “libre funcionamiento de las leyes del mercado”.

c)   Los Estados miembros de la Eurozona están aún más limitados.

Su soberanía nacional es aún más reducida y raya en lo ficticio. Al tener una moneda común, no pueden desarrollar una política monetaria propia (emitir moneda, fijar la masa monetaria y la cantidad de moneda en circulación, establecer garantías de depósito, fijar tipos de cambio, etc.), ya que todos estos aspectos los establece el BCE. Tampoco pueden establecer precios (máximos o mínimos) ya que ello iría contra el “libre mercado”.

d)   Las “condiciones de estabilidad” son aún más restrictivas.

Las limitaciones implantadas por la UE sobre la inflación, el límite del déficit presupuestario [11] y de la deuda pública, la prohibición de las “ayudas de Estado”, etc. impiden realmente el desarrollo de una política económica propia. Todos-as nos acordamos del caso de “la crisis de la deuda soberana” en Irlanda, Portugal, España y, especialmente, en Grecia.

e)   La UE está estrechamente vinculada a la OTAN.

De hecho, de los 27 Estados miembros de la UE (contando ya con la salida del RU), únicamente Austria, Irlanda, Finlandia, Suecia, Malta y Chipre, no son miembros de la alianza militar imperialista capitaneada por EEUU y creada en tiempos de la “guerra fría” contra la URSS y los antiguos países socialistas.

Una alianza militar que, en los momentos actuales, de creciente agudización de las contradicciones inter-imperialistas entre los dos bloques, está llevando a cabo frecuentes y peligrosas provocaciones armadas, organizando numerosas maniobras militares en las mismas fronteras de Rusia, que vienen a sumarse a las sanciones económicas decretadas por la UE contra aquel país, en relación con la autodeterminación de Crimea y la situación en el Donbass. Unas provocaciones que generan un creciente peligro de enfrentamiento armado entre ambos bloques.

Recientemente, cazas españoles que realizaban una misión de patrulla, en el marco de una operación de policía de la OTAN sobre los países bálticos, interceptaron en varias ocasiones a aviones rusos, y en una de las ocasiones al avión en el que viajaba el ministro de Defensa de Rusia [12].

4.- Los comunistas vascos frente a la UE y la OTAN.

En el caso concreto de Euskal Herria, debemos tener bien claro que un Estado vasco que formase parte de la UE no dispondría de todos los instrumentos económico-financieros necesarios para desarrollar una política económica propia y, en la práctica, solo le quedaría uno muy limitado que es el de la fiscalidad. Un Estado así, por muy “decente” que fuese, no sería verdaderamente un Estado soberano y ese tipo de Estado no es el que necesitan la clase obrera y el pueblo trabajador vasco.

Por ello, debemos luchar por el rechazo de la UE y, conjuntamente con la clase obrera y los pueblos y naciones de los otros Estados europeos, trabajar por una Europa socialista y verdaderamente democrática. Esta lucha debe ir indisolublemente unida a la lucha por el desmantelamiento de todas las bases militares extranjeras en cada país europeo y la desaparición de la OTAN.


NOTAS

1.- Ver: “Europa(1945-2014): La cuarta reorganización político-territorial está en marcha”. Aptdo. 5: “La triple crisis de la UE”. SUGARRA (22-05-2014). Ver también: “Grecia:Una dura lección”. SUGARRA (17-09-2015). Ambos artículos se encuentran recopilados bajo el título: “Europa en Crisis”.

2.- Ver: Bruselas. El barrio Europeo. Corporate Europe Observatory (CEO). Bruselas, 2011. Ver también: “Lobbies Corporativos en la UE”. http://ecologistasenaccion.es/article17899.html

3.- El Parlamento Europeo tiene dos sedes de reunión: una, en la ciudad de Estrasburgo  (Francia) donde se celebran doce sesiones plenarias, de cuatro días al año, que es la sede oficial del Parlamento; y otra en Bruselas (Bélgica), donde se reúnen los comités y los grupos parlamentarios, y se celebran las sesiones plenarias complementarias. Por otra parte, la Secretaría General del Parlamento Europeo, y el funcionariado administrativo, tienen su sede en Luxemburgo.

4.- Una gran burguesía, por otra parte que, desde que el Reino Unido entró a formar parte de la UE (01-01-1973), ha venido ejerciendo una considerable influencia en ella, contribuyendo a asentar el liberalismo económico más recalcitrante.

Como sostiene Bernard Cassen en “El legado británico para Europa” (Le Monde Diplomatique nº 249 – julio 2016), los distintos gobiernos británicos, ya fuesen laboristas o conservadores, han seguido una misma línea de actuación consistente en: eliminar todo tipo de trabas a las fuerzas del mercado, si fuese necesario exigiendo la derogación de las propias leyes comunitarias, en especial las de materia social; poner todo tipo de obstáculos a cualquier forma de unión política y monetaria; y reclamar el mayor beneficio económico posible por su pertenencia a la UE. Y, desde luego, la influencia del ultraliberalismo británico se ha ido dejando sentir, paulatinamente, en el marco de la Unión.

Uno de sus mayores logros, que ha compartido con Alemania, fue el de la ampliación de la UE hacia los Estados del centro y este de Europa, llevada a cabo entre 2004 y 2007.

5.- Ver: “Las consecuencias del brexit para el Reino Unido y la UE”. INVERTIA (24-06-2016).

6.- Ver:INVERTIA (06-07-2016).

7.- Ver: Ingo Niebel. “Alemania se prepara para las consecuencias del brexit”. GARA (06-07-2016).

8.- El presidente francés Charles De Gaulle (1890-1970) vetó en dos ocasiones el ingreso del RU en la CEE debido, precisamente, a su estrecha relación con EEUU. Por eso, la entrada del RU en la CEE no se produjo hasta 1973, cuando ya había fallecido aquel.

9.- Idem. Nota 7.

10.- V. I. Lenin. Publicado por primera vez en Sotsial-Demokrat,  nº 44, 23 de agosto de 1915. Recopilado en O. E. Tomo I. Editorial Progreso. Moscú, 1961. Págs. 685-686.

11.-El Estado español cerró 2015 con un déficit del 5,1% por encima del PIB (casi 10.000 millones de euros). La CE prevé que para 2016 el déficit sea del 3,9% y que para 2017 sea del 3,1%. Esto conlleva que la multa que la CE pueda establecer al Estado español sea de unos 2.200 millones de euros, aproximadamente el 0,2% del PIB, y que el Estado español se vea obligado a hacer un ajuste adicional de unos 8.000 millones de euros. La CE está retrasando ambas medidas hasta después de la formación del nuevo gobierno, tras el 26-J.

12.- Según Europa Press (07-04-2016).