Los resultados obtenidos por la
coalición electoral Amaiur en las elecciones del pasado 20-N han servido para
consolidar los que logró Bildu en las municipales y forales de la primavera.
Con ello se ha venido a debilitar, aún más, el cerco asfixiante que el Estado
español venía estrechando desde hace más de una década sobre la Izquierda Abertzale,
con el pretexto de la “lucha contra el terrorismo”. Sin embargo, estas
elecciones en las que la IA
ha vuelto a tener presencia en algunas de las instituciones burguesas, también
han servido para poner en evidencia una serie de errores e insuficiencias en
sus planteamientos políticos, tácticos y estratégicos.