Sábado 19 de febrero de 2011 por CEPRID
Alberto Cruz
CEPRID
El entusiasmo que ha despertado en el mundo la revuelta árabe en Túnez y Egipto hay que matizarlo, y mucho. En estos dos países se han logrado algunos triunfos, como la retirada de sus presidentes y el inicio de una etapa constituyente o la disolución del Parlamento, pero no se puede hablar de una derrota de la clase dominante puesto que en ambos países el estamento militar mantiene su control sobre el poder y los recursos. En Túnez y Egipto hemos asistido a una revuelta de la clase media, cada vez más empobrecida y sin perspectivas de promoción política y profesional, no de los trabajadores.